Entre lluvia y el griterío de simpatizantes que siempre lo arroparon, Andrés Manuel López Obrador abandonó Palacio Nacional a las 17:37 horas, o sea minutos antes de lo que había previsto en la mañana.
Se olvidó de los cuatro Jetta con los que se movía por la ciudad, y optó por una camioneta Suburban Chevrolet blanca para trasladarse a su casa, en la alcaldía Tlalpan.
Aunque fue su último día de gobierno, no usó la puerta principal del recinto, a la cual se limitaba en ocasiones especiales, sino la habitual salida de la puerta 8.
“¡Presidente, presidente! ¡Viva AMLO, viva AMLO! ¡Te amamos!”, dijeron los simpatizantes que se congregaron en las calles de Corregidora y Correo Mayor.
Contrario a otras ocasiones, bajó la ventanilla totalmente para poder sacar ambos brazos y alzarlos, en señal de agradecimiento, así como lanzar besos al aire.
Pese a que había advertido que no quería eso, sus simpatizantes también se congregaron en su casa, pero para ellos sólo hubo muestras de afecto detrás de la ventana, pues la camioneta ingresó a la calle privada y el portón negro lo dejó fuera de la vista.
Previamente, López Obrador tuvo sus últimas reuniones en Palacio. A la última comida congregó a su homólogos Xiomara Castro, Luiz Inácio Lula da Silva, Gustavo Petro, Gabriel Boric, Miguel Díaz-Canel y Bernardo Arévalo, presidentes de Honduras, Brasil, Colombia, Chile, Cuba y Guatemala.
¿Cómo fue la última mañanera de AMLO?
En la última mañanera presumió sus datos, como récord en empleo formal con 2 millones 409 mil nuevas plazas en el sexenio, récord en remesas con 63 mil millones de dólares y la no devaluación del peso.
“No seguimos el camino trillado de siempre”.
La seguridad la resumió en una reducción de 19% en homicidio doloso. “Fue lo que más nos costó”.
A su última conferencia le incluyó la rifa de su reloj Momentum entre los reporteros, un video de sus allegados cantando una adaptación de la canción La paloma, mediante la cual se relató su historia política, y lo que le hizo optar por hacer muecas para contener las lágrimas.
El ánimo le regresó cuando sonó el son jarocho en vivo, ad hoc para un chocojarocho.
En uno de los patios marianos hubo tamaliza, a la cual salió acompañado de su hijo menor y cuatro secretarios de Estado.
“Nuestra comida es extraordinaria, hay como 300 variedades de tamales, desde el zacahuil hasta el chanchamito”, comentó a las cámaras antes de elegir cuál probar. Se comió dos: “¡Qué sabroso está tu tamal de la Costa Chica!”.
Confesó que aún no concluía al 100% su mudanza, pues faltaban algunas pertenencias, como libros, y estimaba dejar Palacio a las 18:00.
AMLO realiza develación su retrato presidencial
A las 10:13 develó su retrato en la Galería de los Presidentes, pintado por Ermilo Espinosa, y del cual destacó que porta un bastón de mando de los pueblos indígenas.
“La única recomendación fue que estuviera la gente. Yo he estado muchas veces en el Zócalo, bueno hasta viví en el Zócalo. Hay un detalle: la Torre Latinoamericana tiene 15 de septiembre del 24, el Grito”.
“Sí, en lo público, sí puedo decir misión cumplida”, no sólo eso sino que “cumplí con el juramento constitucional, y sobre todo se hizo realidad la democracia, porque era nada más un concepto”, fue su última declaración a la prensa.
Develamos en Palacio Nacional el retrato al óleo que estará en la Galería de los Presidentes. En esta obra, de Ermilo Espinosa, estamos acompañados del pueblo en el Zócalo de la Ciudad de México.
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) September 30, 2024
El cuadro está lleno de simbolismos, entre ellos el bastón de mando y la banda… pic.twitter.com/FIYiDz4lcN
Compartió que deberá gustarle su nuevo estilo de vida, enfocado en escribir. “Me tiene que animar mucho para compensar lo que ha sido mi actividad política muy intensa. Entonces, espero apasionarme, muy intenso –lo voy a lograr– para que no sienta yo tanto el parar el activismo político”.
Fue su esposa Beatriz Gutiérrez la que le paró el habla, pues llegó por él y lo condujo a otro punto del Palacio. “Ya me vinieron a buscar. Adiós, adiós”, dijo al abandonar el salón con la mano en alto en la cual portaba un libro. Y se fue.