CIUDAD DE MÉXICO.- Un ángel a punto de emprender el vuelo embellece el Paseo de la Reforma; símbolo de la capital, epicentro de festejos y manifestaciones nacionales e ícono de la Independencia de México, cumple 105 años.
Antonio López de Santa Anna y Maximiliano de Habsburgo lanzaron, respectivamente, proyectos para crear un monumento en honor a la independencia y sus héroes, pero ninguno fructificó.
Fue con Porfirio Díaz en el poder cuando esta columna se hizo realidad. Antonio Rivas se encargó del proyecto y Enrique Alciati de las esculturas.
Inspirado en construcciones que vio en un recorrido por Europa, Rivas Mercado eligió a Niké —la diosa alada de la victoria— para postrarla en una detallada columna de 45 metros con una corona de laurel en una mano y unas cadenas en la otra —símbolos de triunfo y libertad— y que hoy es conocido como el Ángel de la Independencia.
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