TEPIC.- "¿Por qué me saltaste? ¿Qué no soy yo el fiscal?", preguntaba amenazante Édgar Veytia, exfiscal de Nayarit, a las víctimas de algún delito o abuso de autoridad de sus policías.
Era común que los agraviados primero recurrieran al gobernador Roberto Sandoval por los abusos en las instituciones de justicia que controlaba Veytia. Pero el mandatario no hacía más que canalizar a las víctimas con el temido titular de las Fiscalía General de Nayarit.
Ahí comenzaba la pesadilla. Amenazas y extorsiones en el mejor de los casos. Secuestros, levantones y desaparición forzada como un recurso que cada vez se enraizaba más en el estado.
Los testimonios abundan. Un empresario de Bahía de Banderas (lugar predilecto del llamado fiscal zeta) denunció, en 2015, que los policías de Veytia lo secuestraron y, para liberarlo, pidieron escrituras de algunos inmuebles en ese centro turístico. El empresario aseguró que ahí perdió una propiedad del Boulevard Riviera Nayarit.
En el municipio de Compostela, que gobierna su suegra, Alicia Monroy Lizola, el empresario Agustín Magallanes tuvo que abandonar el estado en 2012, luego de que fue secuestrado y más tarde liberado por los hombres de Veytia, todo ello bajo amenazas y con la única condición de entregarle propiedades al exfiscal.
El hecho ocurrió en abril de hace cinco años. Magallanes fue secueStrado por sujetos encapuchados en la Peñita de Jaltemba. Sus familiares relatan que recurrieron a la Fiscalía General de Nayarit y que se les negó la recepción de su denuncia, aunque tras su liberación él mismo dijo que estuvo en las instalaciones de esa institución.
Más tarde se reveló que el secuestro estaba relacionado con un predio al que Veytia le había "echado el ojo", con un valor aproximado de 5 millones de pesos.
Sin embargo, apenas en octubre de 2016, en un evento para con-memorar los cinco años del nacimiento del temido Cuerpo de Élite de la Policía de Nayarit, y ante el gobernador Roberto Sandoval, el fiscal Veytia se jactó:
"Hemos desarticulado más de 27 bandas de secuestradores, 20 de asaltantes y 19 bandas de robacoches ya están fuera de circulación".
Gerardo Sandoval, periodista de la entidad, comentó que el fiscal sicario "es un torturador que disfrutaba portar hasta dos pistolas al cinto y llamar en privado a sus víctimas para decirles que le gustaba tal o cual propiedad, ranchos, hoteles, gasolineras, ganado o casas.
"Pedía le llevaran a su oficina al delincuente común con alguna capacidad económica para extorsionarlo con la frase de 'quiero tantos millones de pesos'. De esas historias abundan en Nayarit", relató.
Recordó que justo hace un año ocurrió el levantón de Julián Venegas Guzmán, conocido en la región por ser compadre de El Chapo Guzmán, cuando viajaba de Compostela a Puerto Vallarta. "Los familiares acusaron a Veytia de estar atrás del suceso".