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Juez asesinado tuvo en sus manos casos de 6 líderes criminales

Casos de líderes de grupos criminales como los Zetas, Guerreros Unidos, el Cártel del Golfo, los Cuinis y hasta uno relacionado con el líder del Cártel de Sinaloa son algunos de los asuntos que pasaron por el escritorio del juez asesinado ayer en Metepec.

CIUDAD DE MÉXICO.- Vicente Antonio Bermúdez, juez quinto de Distrito de Amparo en Materia Penal en el Estado de México, asesinado ayer en Metepec, tenía a su cargo decenas de juicios de narcotraficantes, entre ellos los de seis líderes de cárteles.

El juez fue ejecutado afuera de su domicilio, al momento en que se ejercitaba. De acuerdo con imágenes difundidas anoche, Bermúdez iba corriendo, y al atravesar una calle, un sujeto lo alcanzó por la espalda y le dio un tiro en la cabeza. El agresor huyó corriendo en compañía de otra persona.

Entre los casos que el juez Bermúdez resolvió, destacan el de los hermanos Miguel Ángel y Omar Treviño Morales, líderes de Los Zetas; Abigael González, líder de Los Cuinis, grupo considerado por la DEA como el más rico del mundo.

Por su escritorio pasaron asuntos relacionados con Mario Cárdenas Guillén, hermano de Osiel Cárdenas Guillén, líderes del Cártel del Golfo. Mario, detenido en septiembre de 2012, quedó al frente del grupo criminal tras la captura y extradición a su hermano Osiel a Estados Unidos.

Igualmente tuvo a su cargo un juicio de Gildardo López Astudillo, El Gil, líder de Guerreros Unidos y uno de los principales implicados en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Resolvió uno de los amparos que la defensa de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, promovió contra su extradición, juicio que al final fue desechado.

Una revisión hecha por El Financiero revela que en todos los casos, excepto el de El Chapo y el del Cuini, el juez Bermúdez hizo notificaciones recientes dentro de los juicios de los narcotraficantes.

Por ejemplo, este lunes 17 de octubre notificó de uno de los tres amparos que promovió El Z-40 contra su traslado y posible extradición a Estados Unidos. Y es que el criminal está en la antesala de la extradición.

Al respecto, el pasado 7 de octubre El Z-40 tramitó el amparo 1525/2016, que recayó en el Juzgado Quinto de Distrito de Amparo en Materia Penal, en el Estado de México, cuyo titular le concedió la suspensión de plano. Esta determinación impide, de momento, que El Z-40 sea sacado de El Altiplano para ser llevado a otro penal, además de que se le notificó si quería ampliar el amparo por la extradición. "Que refiera si es su deseo señalar como acto reclamado la extradición, si la orden de traslado deriva de un correctivo disciplinario, refiera si dentro de una temporalidad reciente ha promovido juicio de amparo", dijo el juez Bermúdez. El Z-40 ha tramitado diversos amparos contra su extradición, radicados en los juzgados Segundo y Tercero de Distrito en el Estado de México, uno de ellos está en revisión en un Tribunal Colegiado.

Otro amparo de El Z-40 del que conocía el juez Bermúdez es el 1132/2016, promovido el 28 de julio de 2016 contra actos del Presidente de la República, consistentes en la promulgación de la Ley Nacional de Ejecución Penal.

El líder de Los Zetas impugnó los artículos 1, 2, 3, 4 y 5 de esa ley, que regulan la estancia de los internos de alta peligrosidad en zonas especiales de los penales federales.

El 28 de septiembre el juez determinó negar la suspensión definitiva y se perfilaba que también negara el amparo de la justicia federal.

...Y DICTAMINÓ CONTRA EL MÁS SANGUINARIO

El nombre de Miguel Ángel Treviño Morales, el Z-40, es sinónimo de muerte. Mencionado en relación con el juez asesinado ayer, Vicente Antonio Bermúdez, su historial no es cosa menor.

Nacido en 1973, este sujeto es señalado de haber matado a decenas de personas con sus propias manos y de ordenar asesinar a cientos más.

La prensa nacional e internacional le atribuye el secuestro y asesinato de 256 migrantes en San Fernando, Tamaulipas, o el secuestro y ejecución de más de 300 personas en Allende, Coahuila.

Sanguinarias historias que sembraron el terror en esos estados del norte de México, cuyos gobernantes tampoco se salvaron. De acuerdo con la declaración de Humberto Moreira Valdez, exgobernador de Coahuila, fue el Z-40 quien ordenó la muerte de su hijo Eduardo, en octubre de 2012.

La sangre fría con que operaba este sujeto está inscrita en múltiples expedientes iniciados en la PGR y las procuradurías de Coahuila y Tamaulipas.

Originario de Nuevo Laredo, Tamaulipas, era conocido también por los sobrenombres de El-40, L-40, Comandante 40, La Mona y Cobra 40, y como El Judas.

Inició su carrera a la sombra de Osiel Cárdenas Guillén, líder del Cártel del Golfo, luego se integró a Los Zetas, cuyo líder, Heriberto Lazcano, El Lazca, lo cobijó. Heredó el mando junto con su hermano Omar Treviño Morales.

Fue detenido por elementos de la Marina-Armada en julio de 2013 sin hacer un solo disparo. Su captura contrastó con lo que hizo mientras operó el negocio del narcotráfico.

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