CIUDAD DE MÉXICO.- Desde el año pasado, las bases de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) comenzaron a negarse a marchar. Ahora son organizaciones sociales y grupos radicales quienes apoyan las últimas movilizaciones de la Sección 22 en contra de la reforma educativa, de acuerdo con fuentes del gobierno de Oaxaca.
El domingo pasado, el estado vivió una jornada violenta donde se registraron enfrentamientos en cuatro municipios; en Nochixtlán se reportaron ocho personas fallecidas al intentar liberar la carretera que comunica con la capital.
Según datos del gobierno de Oaxaca son organizaciones como el Frente Popular Revolucionario (FPR), afín a la corriente de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) dentro de la CNTE, la organización Comuna –del dirigente Flavio Sosa–, además del Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo (Codep), uno de los colectivos más activos durante el movimiento de 2006, las que se han unido a la Coordinadora y participan en las manifestaciones de manera violenta.
También se encuentra el Movimiento Unificador de Lucha Triqui (MULT), el Frente Indígena de Organizaciones Binacionales (FIOB), además del Movimiento Agrario Indígena Zapatista (MAIZ).
Señalan que existen grupos dentro de las organizaciones que se reconocen como "anarquistas", aunque dirigentes de estas agrupaciones niegan que sean radicales.
Algunas de estas organizaciones han firmado bajo el nombre de Frente Único de Lucha-Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (FUL-APPO), el cual apoya ahora a la lucha de la Coordinadora.
De acuerdo con la información, uno de los dirigentes de Codep, Alejandro Cruz, ha participado en los bloqueos en las carreteras del Istmo, así como en los cierres de la refinería de Petróleos Mexicanos (Pemex) "Antonio Dovalí", en el puerto de Salina Cruz.
El líder del FIOB, Romualdo Gutiérrez Cortés, fue dirigente de la Sección 22. En 2002 fue detenido y acusado por crímenes como robo con violencia, aunque fue liberado días después. Esta organización realiza trabajos en Valles Centrales, el Istmo y la Mixteca.
Otra de los colectivos señalados por el gobierno local es el MAIZ, cuyo líder es Omar Esparza, quien de acuerdo con los reportes ahora milita con Morena.
En entrevista con El Financiero, Flavio Sosa, antiguo dirigente de la APPO, afirmó que si el gobierno federal y local no se abren al diálogo, "el conflicto va a seguir creciendo".
Negó que su organización tenga vínculos con grupos anarquistas y dijo que el gobierno deberá demostrar que los manifestantes realmente portaban armas.
"Los maestros están encontrando respaldo popular, son comunidades, autoridades municipales y comunales", explicó.
Cuestionado sobre si se podrían dar las condiciones para un movimiento como el que surgió en 2006, dijo que "los procesos históricos no se repiten, necesariamente, pero hay descontento social por las condiciones actuales de falta de diálogo y represión".
"Comuna ha tenido una relación cordial con Gabino, estamos sorprendidos por las acusaciones perversas, pero entiendo que está en una situación difícil", agregó.