La elección de Oaxaca ocurrirá en medio de escándalos de corrupción y un conflicto magisterial que, hace un año, puso en riesgo la elección federal en el estado.
El 5 de junio, 2.7 millones de oaxaqueños elegirán gobernador, diputados locales y alcaldes. Compiten siete candidatos al Ejecutivo estatal, ninguno independiente.
Gabino Cué, gobernador saliente, llegó por una alianza entre el PAN, PRD, PT y Convergencia (hoy MC). En el Congreso local, el PRI tiene 17 diputados; el PRD tiene 10; el PAN 9; PT, PVEM, Movimiento Ciudadano y Panal uno cada uno y hay dos diputados sin partido.
De los 154 municipios que se renovarán por el régimen de partidos, el tricolor gobierna 62, el PRD 41, el PAN 24, MC 11; Panal 6 y uno el PVEM.
La disputa electoral se da entre dos grupos políticos: el del exmandatario Diódoro Carrasco, que incluye al actual gobernador Gabino Cué y al expriista y hoy candidato de la alianza PAN-PRD, José Antonio Estefan Garfias, y el del exgobernador José Murat, cuyo hijo, Alejandro Murat Hinojosa, es el abanderado de la alianza PRI-PVEM-Panal-PES. Murat Hinojosa ha sido acusado de no conocer ni residir en el estado.
El magisterio es un poder fáctico en la entidad y, hace seis años, contribuyó a que Gabino Cué ganara.
Hoy, la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) ya no está con Cué ni apoya a su candidato Estefan Garfias.
Hace un año, la oposición de la CNTE a la reforma educativa puso en riesgo la elección de diputados federales en Oaxaca, hecho inédito en la historia electoral del país.
Aunque hoy este sector ha perdido fuerza en la entidad (ya no controla el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca), los riesgos de confrontaciones con la evaluación docente como pretexto, siguen latentes.