CIUDAD DE MÉXICO. Los rankings nacionales o internacionales de universidades no deben tomarse como indicadores para definir presupuestos o políticas públicas para las instituciones de educación superior, pues dichas mediciones sólo son un producto comercial que sirven para hacer negocios con universidades privadas, advirtieron funcionarios e investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En conferencia de prensa, Imanol Ordorika, director de Evaluación Institucional de la UNAM, aseguró que debido a que los rankings internacionales no sirven para evaluar la calidad de las instituciones de educación superior de los países del mundo, como académicos prefieren tomar distancia de los resultados que esas tablas arrojan.
"Lo que estamos haciendo es una toma de distancia porque los rankings no son instrumentos adecuados para medir la calidad de las instituciones", dijo.
Héctor Hernández Bringas, coordinador de Planeación, Presupuestación y Evaluación de la UNAM, afirmó que esa posición no significa que la Máxima Casa de Estudios del país vaya a dejar de participar en los rankings, sino que la intención de expresar el desacuerdo con sus metodologías sólo busca ubicar dichas mediciones "en su justa dimensión".
Al respecto, Humberto Muñoz, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, dijo que la calidad que presuntamente miden es sólo un concepto vacío, pues no hay un consenso de lo que ese término significa.
Ordorika aseguró que la UNAM no diseña políticas universitarias a partir de esos resultados, por lo que confió que otras instituciones hagan lo mismo.
El académico enumeró diversas razones para argumentar el rechazo a ese tipo de jerarquizaciones.
Dijo que los rankings tienen problemas de enfoque porque sólo miden el impacto internacional de las investigaciones de las universidades, lo que tiene poca relación con el resto de actividades al interior de la universidad.
Además, aseguró que tienen sesgos y que están construidos "a imagen y semejanza de un modelo único de universidad, que es el de la norteamericana de investigación, en particular la de Harvard", por lo que se ha considerado que esos rankings son "harvardrómetros", con la intención de que todas las universidades cumplan con las funciones y estrategias de ese tipo de institución.
Señaló que los rankings tienen problemas metodológicos, pues las fuentes cambian constantemente y las muestras son "reputacionales", es decir, que se toma en cuenta la opinión de personajes de los países con más universidades en el ranking, que suelen ser norteamericanas y europeas.
Imanol Ordorika también dijo que no hay equidad en la medición, pues se miden universidades de diversos tamaños.
Finalmente, dijo que los rankings tienen problemas de orientación, pues aunque al inicio, en China, surgieron para definir una política pública, actualmente tienen un interés estrictamente comercial.
Detalló que las mediciones sirven para ofrecer servicios a universidades privadas pequeñas, las cuales pagan a las empresas que "miden" para subir en la tabla.