TOKIO.- En todo el mundo, la industria de la música se ha digitalizado. Pero, en Japón, el disco compacto sigue siendo el rey.
En una lluviosa tarde de domingo recientemente, la tienda insignia de nueve pisos de Tower Records aquí estaba llena de clientes como Kimiaki Koinuma, un ngeniero de 23 años de edad vestido con una playera de Dee Dee Ramone. Koinuma dijo que, a diferencia de la mayoría de los hombres de su edad en todo el mundo, él pasa poco tiempo en servicios digitales y prefiere su música en disco. "Compro alrededor de tres CDs al mes", dijo, mostrando un montón de seis álbumes nuevos, incluido el clásico de los Rolling Stones "Exile on Main St." y una selección de los más recientes éxitos del pop japonés.
Japón quizá sea uno de los primeros adoptadores de las nuevas tecnologías en el mundo, pero su continuo apego al CD lo enfrenta marcadamente con el resto de la industria de la música mundial. Aunque las ventas de CDs están cayendo mundialmente, incluso en Japón, siguen representando alrededor de 85 por ciento de las ventas aquí, comparado con poco menos del 20 por ciento en algunos países, como Suecia, donde domina la transferencia continua en línea.
"Japón es total y completamente único", dijo Lucian Grainge, el presidente del Universal Music Group, el conglomerado de música más grande del mundo. Esa singularidad ha preocupado al resto de la industria de la música. Pese a su vigoroso mercado para los CDs, las ventas en Japón – el segundo mercado musical más grande del mundo, después de Estados Unidos – han estado deslizándose durante una década, y el año pasado descendieron 17 por ciento, arrastrando a los resultados mundiales un 3.9 por ciento.
Las ventas digitales – que están subiendo en todos los demás mercados principales – están erosionándose rápidamente en Japón, pasando de casi mil millones de dólares en 2009 a apenas 400 millones de dólares el año pasado, según la Asociación de la Industria de la Grabación de Japón. Darle la voltereta a Japón – y finalmente empujarle en la dirección digital – se ha vuelto una prioridad para la industria mundial de la música, que ha pasado apuros para recuperarse después de perder aproximadamente la mitad de su valor desde 2000, cuando la tecnología digital empezó a alterar el modelo de negocios basado en álbumes.
Pero lograr el cambio ha sido difícil, según analistas y ejecutivos de la industria en Japón y Occidente, en parte debido al clima empresarial proteccionista en Japón que aún ve a la industria digital con sospecha. Los servicios musicales de transferencia continua como Spotify y Rdio, ampliamente vistos como la mejor nueva esperanza de nuevos ingresos para la industria, se han estancado en sus esfuerzos por entrar en Japón.
Spotify, el actor más grande de su tipo, ha estado metido por dos años en negociaciones de concesión de licencias con las compañías musicales en Japón, donde los ídolos del pop locales superan por mucho las ventas de los artistas occidentales. Ken Parks, el director de contenido de Spotify, dijo que se sentía optimista sobre las perspectivas de su compañía, y señaló que el proceso de negociación era lento donde quiera que se dé. Spotify, que tiene más de 10 millones de clientes en 57 mercados en todo el mundo, negoció con sellos discográficos durante casi dos años antes de llegar a Estados Unidos en 2011, por ejemplo.
"Cuando quienes toman las decisiones finalmente sientan que el calor es lo suficientemente intenso que tienen que hacer algo diferente, lo harán", dijo Parks. "Pienso que nos estamos acercando a ese momento en Japón".
Otros tienen dudas, señalando la devoción del mercado japonés por el CD, que sigue siendo la principal fuente de ingresos para los sellos discográficos en el país, y una herramienta promocional indispensable.
Las peculiaridades del clima de negocios de Japón han dado forma a su apego al CD y contribuido a la escasez de música digital, pero factores culturales también podrían entrar en juego, como el amor de los consumidores japoneses por los productos coleccionables. Los álbumes de grandes éxitos, por ejemplo, se venden particularmente bien en Japón, quizá debido al elaborado empaque enfocado en el artista.
El enormemente popular grupo femenino AKB48 fue pionero en la venta de CDs que contienen boletos que pueden ser cambiados por acceso a actuaciones en vivo; una estrategia a la que se atribuye impulsar las ventas de CDs, porque puede llevar a los más grandes fanáticos a comprar copias múltiples de un álbum.
Tower Records cerró sus 80 tiendas en Estados Unidos en 2006, pero la subsidiaria japonesa de la cadena – controlada por NTT DoCoMo, la mayor operadora telefónica de Japón – aún tiene 85 locales, que generan 500 millones de dólares en operaciones al año. En la tienda insignia de Tower, en el corazón del distrito comercial flanqueado por rascacielos de Shibuya, un grupo de chicas preadolescentes llamado Kokepiyo actuó para sus fanáticos y autografió CDs una tarde de agosto, mientras sus madres-managers las observaban protectoramente.
Afuera, una estudiante de 18 años de edad que dijo llamarse Yuria había acudido a Tower a ver a su banda favorita, Lotus. Llevaba una bolsa llena de mercancía que había comprado en la tienda, y dijo que frecuentemente compra múltiples copias coleccionables de CDs.
"Cada tienda tiene sus propios artículos gratis que regalan para vender más CDs", dijo Yuria. "Así que todo depende de qué tan buenos son". En Estados Unidos, las ventas digitales han superado a las físicas desde hace tiempo. Pero los CDs aún representan el 41 por ciento del mercado de música grabada de 15 mil millones de dólares en el mundo, y, además de Japón, algunos grandes mercados como Alemania siguen dependiendo de las ventas de CDs.
Ese apego preocupa a algunos analistas, quienes afirman que si esos países no adoptan la música digital, una inevitable declinación en las ventas de CDs perjudicará más a la industria.
"Si Japón estornuda y Alemania se resfría, eso es todo; estamos acabados", dijo Alice Enders, analista de medios de Enders Analysis en Londres. Un ecosistema de negocios distintivo en Japón ha mantenido rentables las ventas de CDs para las compañías de música, mientras impide el avance digital.
EL CONTROL DE LA INDUSTRIA
Las restricciones de precios sobre los minoristas mantiene el costo de la mayoría de los CDs nuevos en más de 20 dólares. A mediados de la década de 2000, un naciente servicio de descarga, Recochoku, estaba vinculado al expansivo mercado de telefonía celular de Japón, pero ese sistema colapsó una vez que el país avanzó hacia smartphones como el iPhone.
Parte del problema, dicen ejecutivos, es la compleja variedad de compañías que controlan los derechos de la música más popular de Japón, que han sido muy lentas en otorgar licencias a los nuevos servicios.
Music Unlimited de Sony, por ejemplo, es el mayor servicio de transferencia continua disponible en Japón, pero carece de los éxitos más populares ahí. Sony se niega a decir cuántos suscriptores tiene en Music Unlimited, en Japón u otras partes.
La tienda iTunes de Apple llegó a Japón en 2005, pero apenas en 2012 empezó a vender títulos musicales japoneses de su rival en hardware Sony. Ejecutivos en Japón y Occidente culpan a la excesivamente cautelosa industria musical japonesa de no adaptarse, y persisten serias inquietudes sobre la capacidad de Japón para recuperarse de sus pérdidas del año pasado.
"Una cantidad sustancial de altos directivos están preocupados por lo que sucede bajo su mirada, pero no necesariamente les preocupa lo que suceda después de eso", dijo en una entrevista Shigeo Maruyama, el ex presidente de Sony Music Entertainment Japan.
Este año, las cosas en Japón parecen ligeramente mejor. En 2013, no hubo álbumes con un millón de ventas, pero este año ha habido dos: una versión japonesa de la pista sonora de "Frozen" de Disney y el lanzamiento más reciente de AKB48.
Sin embargo, en el primer semestre del año las ventas bajaron aún 3 por ciento más comparado con un año antes.
"La esperanza de las compañías discográficas japonesas es mantener el tamaño actual del mercado físico, y tratar de hacer que el mercado digital crezca de nuevo otorgando licencias a nuevos servicios digitales", dijo Yoichiro Hata, director de la Asociación de la Industria de la Grabación de Japón. Para el resto de la industria discográfica mundial en apuros, ese crecimiento está tardando demasiado. "Es inevitable que este mercado regrese al crecimiento", dijo Grainge, de Universal. "Lo que no voy a predecir es cuándo".