Antes de las elecciones y después de centenares de ataques a candidatos de los partidos políticos en pugna, el saldo fue de 38 asesinatos de aspirantes, ante esto, el Presidente de México “ha llamado a la Unidad y ha decidido tratar todos esos crímenes y asesinatos como unas conductas “que se da siempre en épocas de elecciones”, pero la realidad es que la rápida desintegración del aparato de seguridad, puede entenderse en el contexto del sistema de plazas que ha definido durante mucho tiempo su panorama del crimen organizado, ahora en control político de muchas regiones del país.
Las estimaciones del porcentaje del territorio mexicano controlado por organizaciones criminales oscilan entre el 20 y el 80 por ciento. Tal es el prisma a través del cual debe verse la crisis migratoria de Estados Unidos (EU) de 2021.
“Las complejas organizaciones criminales transnacionales mexicanas que hoy trafican con todo, desde opioides mortales hasta armamento avanzado y migrantes centroamericanos han penetrado en la economía y la paz de la provincia mexicana.
Diarios de todo el mundo incluidos El País con presencia en México, The Hill y otros de gran reputación publican en editoriales su posición como país ante EU y el mundo, incluyendo la rápida legalización que coordinó, Ricardo Monreal, un senador incondicional de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), política que ha sido refrendado por la Suprema Corte de Justicia de México.
Las organizaciones de transporte mexicanas cartelizadas de la década de 1980 se conocieron como el “trampolín mexicano”, que impulsaba la industria multimillonaria de la cocaína de América del Sur a EU. Con las recientes oleadas de migrantes centroamericanos hacia el norte, las mismas organizaciones se han convertido en el puente mexicano. Como ocurre con la cocaína, las vastas y complejas organizaciones criminales transnacionales de México no están involucradas en el suministro de migrantes que se dirigen al norte, solo en su transporte.
El viernes 9, AMLO, hizo caso omiso de un video que mostraba a uno de sus hermanos menores recibiendo efectivo de un operador político y dijo que era parte de una “campaña de difamación de los adversarios para desacreditarlo”; sin embargo es conocido públicamente que durante sus 18 años de campaña él hizo promesas y logró acuerdos con los grupos de criminales para poder llegar a la presidencia; sin embargo eso no parece molestarle mucho a sus seguidores quienes en gran parte reciben dinero del gobierno federal y prefieren que las cosas se mantengan así, especialmente cuando el propio presidente ha declarado en múltiples ocasiones que los otros partidos políticos “lo que quieren es quitarles las ayudas y no quieren que progresen”.
En un video, en el que un hermano del presidente toma dinero del operativo político, el segundo testimonio filmado irrefutable, provocó nuevas críticas a AMLO por parte de la oposición mexicana.
El video fue publicado por el medio de comunicación mexicano Latinus, una grabación aparentemente hecha en 2015 muestra a un hombre que luego formó parte de la administración de AMLO entregándole a Martín Jesús López Obrador un sobre lleno de billetes.
“Creo que la intención es hacerme daño, o tratar de dañarme”, dijo el presidente en una conferencia de prensa. “Es la eterna campaña negra de mis adversarios. Estamos acostumbrados a esto. Pero siempre hemos salido ilesos de las calumnias “. Dijo que no encubriría a nadie y que las autoridades deberían investigar si se había cometido algún delito y castigar cualquier irregularidad. “Pero mi conciencia está tranquila”, agregó AMLO.
“El gobierno mexicano es el más corrupto del hemisferio occidental, y sus organizaciones criminales brindan a estados extranjeros hostiles como China el fácil acceso a EU que las mismas organizaciones brindaron a los cárteles de la droga colombianos”
El enfoque diplomático de EU hacia México durante los últimos 30 años, a través de administraciones afiliadas a ambas partes, ha sido en gran parte transaccional y ha pasado por alto la corrupción sistémica de México, la falta de transparencia y la ineficacia perpetua, y tal vez intencional, en la vigilancia de sus fronteras al norte y sur del país.
Es hora de que EU exija que México recupere el control de su propio territorio de las organizaciones criminales, corte las líneas de suministro de fentanilo y pseudoefedrina de China y participe en la misma cooperación bilateral con la policía estadounidense que se esperaría de cualquier otro aliado.
Si México no lo hace, entonces es hora de terminar con la farsa de que es un país aliado.
