El día de ayer 7 de diciembre, el INEGI publicó el Indicador mensual del Consumo Privado en el mercado interior, con datos a Septiembre, el cual arroja un crecimiento real del 0.9 por ciento con respecto al mes anterior, y de un 8.2 por ciento con respecto al mismo mes del año pasado, y si bien los niveles de consumo pre pandemia, aún no se alcanzan a recuperar, la tendencia positiva mostrada en los primeros nueve meses del año, hace mantener el optimismo en la continuidad de la recuperación.
Si bien el componente más dinámico en este crecimiento en el consumo privado, corre por cuenta de los bienes importados, los cuales muestran un tasa de crecimiento de 23.1 por ciento real (comparados con el mismo mes del año pasado), los bienes y servicios nacionales solo crecen en un 6.6 por ciento, situación que debe ser estudiada y analizada, ya que lo ideal es que el consumo de productos nacionales sea el más dinámico, toda vez que las “importaciones” se incorporan con signo negativo a la contabilidad del PIB.
Es incuestionable que la derrama de gasto social, al amparo de programas asistenciales como la pensión a adultos mayores, cuyo crecimiento en este año 2021 y el programado para 2022, será de más de dos dígitos, así como los aumentos al salario mínimo y la entrada sin precedentes de remesas del extranjero, están apuntalando la recuperación del consumo privado y del crecimiento económico en este 2021, sin embargo, es importante que este impulso se oriente más a la producción nacional, y en menor medida a los productos importados.
Por otra parte, junto con el reporte del Consumo Privado, el INEGI también publicó los resultados de la Inversión Fija Bruta al mes de septiembre, y sigue presentando crecimientos negativos, con relación a lo invertido el mes anterior, y decrece en un 1.6 por ciento real con respecto al mes de agosto, tanto en el componente de Construcción, como en el de Maquinaria y Equipo, y gráficamente, a simple vista, se ve que la tendencia de “recuperación” post pandemia, parece haberse agotado, y se retoma de nuevo la tendencia negativa que se empezó a presentar en este indicador desde el año 2018.
La Inversión física es el principal motor del crecimiento económico, y más del 80 por ciento de esta inversión la genera el sector privado. Si la inversión pública ha venido registrando tasas negativas de crecimiento, quizás es el momento apropiado para re lanzar otro programa de estímulos fiscales que aliente y estimule masivamente a la inversión privada, toda vez que los grandes planes y proyectos acordados con el sector empresarial, siguen en etapa de estudio y análisis.
Por otro lado, no hay que olvidar que los incrementos en la recaudación de impuestos ya empiezan a mostrar signos de agotamiento, al grado de que aún y cuando la economía va a crecer este año 50 por ciento más que lo proyectado originalmente en el paquete económico 2021, y que la inflación también será 50 por ciento superior a la estimada, la recaudación de impuestos apenas alcanzará los montos aprobados en LIF, y decrecerá como proporción del PIB.
Es decir, el principal generador de recursos económicos para sufragar el gasto, luce ya signos de agotamiento, a pesar del fuerte crecimiento en el PIB, y la economía parece que retorna a sus niveles de crecimiento pre pandemia, cercanos a cero, lo que implicaría presiones crecientes a las finanzas públicas.
Estamos a buen tiempo de ser pro activos.