Se trata de una revisión -mas bien evolución- a la forma de cumplir uno de los principales objetivos sino es que el más importante de los bancos centrales: el control de la inflación. En México, por allá del 2001 -hace 20 años- el Banco de México adoptó un “régimen de objetivo de inflación como marco para la conducción de la política monetaria, estableciendo una meta explícita de inflación de 3% sobre el índice de precios al consumidor … [con] un rango de variabilidad de más/menos un punto porcentual alrededor del objetivo”.
Esta es una forma de establecer el objetivo de inflación: un rango. La otra manera es que se sea un objetivo puntual, como sucede en Inglaterra: un 2%, no más, no menos. Habría una más: un objetivo “suave” en traducción literal, pero más bien podemos decir que sea “flexible”, como lo venía siendo en Estados Unidos. Es decir, se establecía un 2% pero se permite más o menos de acuerdo otro de sus objetivos explícitos: el pleno empleo. Aún así, esto se presentó a partir de la última década porque en los años 90′s era más bien objetivo de inflación “implícito”.
Hay un tema antes de continuar: ¿Cuál inflación? Más bien, ¿Cuál medida de la inflación? ¿El INPC, la inflación subyacente, el INPP (Índice Nacional de Precios al Productor) o de plano el deflactar implícito del PIB? Recordemos que la inflación subyacente es la que queda cuando no se toman en cuenta aquellos bienes o servicios sobre cuyo comportamiento de sus precios poco o nada puede hacer la política monetaria, es decir aquellos que son fijados -para bien o para mal- por alguien o bien que presentan alta volatilidad por condiciones como el clima.
Además, esta el factor tiempo -y esta es la evolución-. Hoy por hoy, el INEGI publica la inflación en forma quincenal. Pero no va por ahí el tema.
El pasado 12 de julio, en Israel, John C. Williams, Presidente y CEO del FED de Nueva York, presentó la Teoría de Objetivo de Inflación Promedio, una forma novedosa para aplicar la política monetaria. Es decir, a las formas de objetivos puntuales y rango, ahora se obtendría un promedio de inflación en un determinado plazo, ciertamente no lo que sucede en los últimos quince días.
De acuerdo con su presentación, en los 70´s y 80´s el hecho de tener objetivos de inflación tuvo éxito tanto en controlar la inflación como en anclar las expectativas que es igual de importante. Sin embargo, hay otro tema que excedería este espacio: la tasa de interés neutral. Digamos por el momento, que es la tasa objetivo que es la que se establece en las decisiones de política montaría y su relación con el piso que pueda tener sin llegar a tasas negativas.
Entonces, bajo esta nueva perspectiva, se tendría que hacer explicito el tiempo sobre el cual se medirá la inflación que seguramente seguirá siendo la inflación medida por el INPC y no la subyacente, y presumiblemente manteniendo un rango como el actual -no necesariamente el mismo-.
Suena bien la idea, y se pudiera asimilar a cuando se toman los promedios móviles del comportamiento de los precios de las acciones. ¿En que beneficiaría esta evolución? En cumplir todavía de mejor manera el objetivo del Banco de México: mantener el poder adquisitivo de la moneda porque, como hemos insistido en el pasado: la inflación es el impuesto a las personas de menos recursos. Ojalá que la nueva etapa que vendrá en seis meses se entienda que, si realmente importan los pobres, no se cometan tonteras.