Miguel Moreno Tripp

Miguel Moreno Tripp: La productividad laboral

El reporte Compendio de Indicadores de Productividad, nos ofrece comparativas de los niveles de productividad de los países de la OECD.

Se acaba de publicar el reporte Compendio de Indicadores de Productividad, el cual nos ofrece comparativas de los niveles de productividad de los países de la OECD.

Este reporte nos dice que la productividad es un recurso clave para el crecimiento económico por lo que debe haber indicadores de productividad que sean comparables entre los diferentes países miembro. La productividad es normalmente definida como la razón del volumen de la producción sobre el volumen de los insumos. En otras palabras, como los insumos de la producción son eficientemente -o no- utilizados en la economía para producir un nivel de un nivel determinado de producto.

El reporte nos dice que hay diferentes maneras de medir la productividad. En particular la productividad laboral es medida como el Producto Interno Bruto o el Valor Agregado Bruto por hora trabajada por trabajador.

La productividad laboral basada en horas trabajadas captura de mejor manera el uso de este componente en comparación con otros indicadores como el número de personas empleadas (head count) debido a que hay diferencias entre países en la forma en que se trabaja (por ejemplo, el uso o no del outsourcing) así como la legislación laboral de cada país.

Normalmente se utiliza la medición del Producto Interno Bruto como una medida precisamente del producto ya que se dice que es la medida estándar del valor agregado en una economía. Ahora bien, cada país lo mide en su propia moneda por supuesto, por lo que se tendría que convertir a una moneda en común para efectos de comparación. Esto se logra utilizando los tipos de cambio nominales, pero una mejor medida, que también presenta el reporte, es el uso de la paridad de poder de compra (PPP por sus siglas en inglés), ya que considera las diferencias en los niveles de precio de los diferentes países.

Aquí es donde vienen las sorpresas. Para 2019, Estados Unidos se lleva una tercera parte del Producto Interno Bruto de los países de la OECD (33.9%). Le sigue, sin sorpresas, Japón (8.6%), después Alemania (7.3%), Francia (5.3%), Reino Unido (5.1%), Italia (4.2%) pero aquí es donde vienen las sorpresas: sigue México (4.1%) y luego, Turquía (3.6%). El resto de los países de la OECD suman un 27.9%. De no haber utilizado la medición de la paridad de poder de compra otro gallo cantaría, al menos en lo que respecta a México y Turquía.

Si se midiera el Producto Interno Bruto en dólares a los tipos de cambio corrientes, la distribución sería diferente: Estados Unidos (39.8%), Japón (9.6%), Alemania (7.2%), Reino Unido 5.3%, Francia (5.1%), Italia (3.7%), Canadá (3.2%) y el resto de los países de la OECD, el 26.2%.

Las conclusiones del reporte son que Estados Unidos representa la mayor parte del total de horas trabajadas y del empleo total de la OCDE. Pero la clasificación de los países varía con la medida utilizada: horas trabajadas o empleo y también que las estimaciones del promedio de horas trabajadas por trabajador difieren sustancialmente de un país a otro aún siendo economías de primer mundo.

Tradicionalmente éramos el país que más horas trabajaba. Para el 2020, el total de horas anuales por trabajador fue de 2,124. Ahora ese lugar lo ocupa Colombia: 2,172. En el otro extremo está Alemania: 1,332; Dinamarca: 1,346; el Reino Unido: 1,367. Imaginémonos que fuéramos un país en donde se tuviera tanta productividad que se trabajaría menos, habría más tiempo libre que pudiera utilizarse en actividades recreativas, que emplearían a más personas y que a su vez todos pagaríamos más impuestos. ¿Porqué nos hacemos la existencia tan difícil?

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