Opinión

México a futuro: un país libre de plomo

Agustin Gama estima que en México habría alrededor de 3 millones de niños envenenados con altos niveles de plomo.

Hoy en día, a nivel mundial, mueren más personas por consecuencias derivadas del plomo en la sangre que, incluso, por colesterol. Y este es un hecho ineludible. Y sí, entre las cinco principales causas de muerte a nivel nacional están las enfermedades del corazón, en primer plano, pero de ellas, más de un 20 por ciento de los padecimientos cardiovasculares son provocados precisamente por la intrusión de este metal en el organismo.

Tan solo en México, se pueden contabilizar más de tres millones de niños envenenados con altos niveles de plomo y es una verdad absoluta que los pequeños en el país ya nacen con plomo en la sangre porque vienen contaminados desde la gestación.

Además, los menores deben vivir con la cruda realidad de que el plomo -el enemigo que tenemos en casa, el que permanece en los utensilios de cocina, en sus juguetes, en una gran cantidad de cosas que ya están en el hogar - les quita hasta cinco puntos de IQ en sus actividades académicas.

Esto, claro está, incide directamente de manera negativa y catastrófica en los estudiantes de educación básica que habrán de plantear y solventar el futuro del país, el porvenir de sus familias y el suyo propio.

Repercute, por supuesto, en la autoestima de los niños que, sin saberlo, no pueden desarrollar como se debiera, su inteligencia.

Hoy en día, la población en general, la de todo el mundo y la mexicana, está expuesta a algunos usos de plomo; el más frecuente es el plomo en pinturas, en los acabados de las paredes que luego los niños rascan y se comen, en lo que se va al estómago después de consumir alimentos preparados en trastos en sartenes hechos a base de plomo.

Ante esta fatalidad, organizaciones de talla mundial ya han declarado que este es un problema grave, de consecuencias realmente estratosféricas.

Y es con ese objetivo global que todos los días trabajamos en Pure Earth y, desde hace ya algunos años, especialmente en Pure Earth México, donde estamos plenamente convencidos de que se puede disminuir el uso de plomo y, por tanto, se pueden salvar cada día muchas vidas. Eso es básicamente lo que hacemos: salvar vidas a través de un esfuerzo diario e incansable por reducir la exposición al plomo en todos lados.

En los últimos tiempos, aún más, hemos implementado estrategias certeras para disminuir significativamente el uso del plomo en la alfarería tradicional. Hemos tocado puertas de artesanos alfareros, nos hemos ido a sus comunidades para lograr verdaderas alianzas y nuevos aprendizajes de cómo continuar con esta actividad económica y cultural ya consolidada sin que se dañe la salud de las familias.

Lo más importante es que diariamente, en un detallado trabajo de campo y en un esfuerzo de investigación imparable por medio de algunas sinergias con especialistas, estamos logrando que se comprenda algo que es de suma relevancia: la exposición prolongada a este metal puede causar daños irreversibles en el desarrollo neurológico de los niños, puede acabar con la vida de hombres y mujeres, puede terminar con las ilusiones de cientos de familias tan paulatinamente que es difícil notar la causa real.

A través de Pure Earth México, se han fortalecido alianzas que hacen posible vislumbrar el descenso del número de muertes y el deterioro de coeficiente intelectual a consecuencia del plomo.

Uno de los logros más recientes ha sido la creación de Centro de Recursos Especializados para Alfareros (CREA), plataforma que permite impulsar prácticas cada vez más responsables en la alfarería mexicana. Se trata de un sitio que reúne el saber acumulado en nuestro país sobre la producción de barro vidriado libre de plomo.

Ahí, se da a conocer al público información esencial sobre novedosos procedimientos y técnicas de producción alfarera sin contaminantes por plomo.

Afortunadamente, cada vez hay más gente que se ha comprometido a cambiar la manera de hacer la alfarería en México y a cambiarla para que sea libre de plomo. Es, lo tenemos claro, un esfuerzo muy grande donde ellos, junto con nosotros, estamos aprendiendo paso a paso para hacer de México un país mejor para los niños y para todos.

Sin embargo, nuestro camino hacia la erradicación de este grave problema de salud pública continúa y no cesa jamás.

Nos queda muchísimo por hacer, pero estoy convencido de que lo lograremos.

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