Gabriel Juan Escarrer Jaume, CEO de Meliá Hotels International.
La pandemia supuso un impacto devastador para nuestra industria, que sufrió el parón de actividad más radical de la historia, lo que nos obligó a reinventarnos, particularmente en materia de sostenibilidad.
Las nuevas exigencias regulatorias orientadas a mitigar el riesgo de greenwashing, apuestan por la credibilidad, la consistencia del relato y la entrega de una promesa de valor real.
El consumidor espera un nivel de compromiso mayor y coherente con su propio compromiso individual. El empleado quiere sentir el vínculo emocional con la empresa, el inversionista con una mayor vista en el largo plazo, quiere asociarse con compañías con visión ESG cuyo resultado trascienda hoy y ahora, y sitúe también en el resultado en el mañana. Por ello, hemos redoblado esfuerzos y compromisos en el cuidado de nuestros empleados, al ofrecerles estabilidad laboral, formación y desarrollo del talento, avanzar en igualdad y diversidad, y entornos laborales seguros marcan nuestra agenda y compromiso con ellos.
En Meliá desde 2018 somos una de las hoteleras de referencia en sostenibilidad, según el ranking global S&P Global, ocupando la primera posición del sector año tras año de manera prácticamente ininterrumpida. Somos conscientes de que es un camino de largo recorrido, ya que la gestión que un ámbito global, complejo y dinámico, exige trabajo continuo.
Así las cosas, el impulso que estamos imprimiendo a nuestro modelo de gestión, responsable y con visión de largo plazo adquiere una relevancia especial en los tiempos actuales ya que, siendo conocedores de los retos que enfrentamos, queremos ser fieles a nuestra visión. Aspiramos a ser un referente también en gestión ética, transparente y responsable. Y además, queremos contribuir a la transformación de nuestra industria hacia un nuevo modelo turístico en el que la sostenibilidad se imprime como criterio estratégico y cuya gestión nos permita contribuir de forma fehaciente, para minimizar nuestro impacto en el planeta y en el desarrollo económico y social en todos los destinos en los que tengamos una presencia, hoy y mañana. Entendemos la sostenibilidad como una palanca que aporta valor por sí misma, pero cuyo fin último debe ser el impulso de la transformación de nuestro modelo de negocio, que incentive la mejora del turismo como industria. Sólo así, entendemos, estaremos en condiciones de avanzar con firmeza por la senda hacia un mejor turismo, más sostenible y de mayor valor si cabe.