Luis Humberto Vázquez San Miguel, Presidente de la Asociación de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México.
En el marco del Acuerdo de París, de la Organización de Naciones Unidas (ONU), México se comprometió a colaborar para frenar el calentamiento del planeta y el cambio climático. Para ello, debe reducir en 51 por ciento el volumen de las emisiones de carbono negro y disminuir en 22 por ciento sus emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI) para en el 2030.
Hay al menos 10 acciones que debe realizar nuestro país para alcanzar las metas específicas hacia ese año, pero quizá entre las más trascendentes están las de generar el 35 por ciento de energía limpia en el 2024 y 43 por ciento en 2030, así como impulsar la construcción de edificaciones y la transformación hacia ciudades sustentables, con eficiencia energética y bajo carbono.
Considero trascendentes esas acciones porque implicarán la sustitución de las fuentes de generación de energía proveniente de fuentes fósiles por las de energía renovable como la solar y fotovoltaica, de viento o eólica y geotérmica, entre otras.
La construcción de ciudades sustentables inteligentes, el desarrollo de las fuentes de energía limpia, los vehículos eléctricos o de hidrógeno verde y la tecnología necesaria en la transición para el cumplimiento de los compromisos en el ámbito nacional e internacional requieren los insumos de la minería, porque es el primer eslabón del resto de las cadenas industriales. Se han clasificado 24 metales críticos e indispensables como el cobalto, cobre, litio, níquel y vanadio para satisfacer los requerimientos que permitan alcanzar la meta de cero emisiones contaminantes. Sólo para la transición energética y la electromovilidad, la demanda de ese tipo de minerales aumentará.
Los vehículos eléctricos requieren entre 40 y 83 kilos de cobre, lo que equivale a cinco o seis veces más que el cobre necesario para un vehículo de combustión interna. Las baterías de iones de litio de un coche eléctrico contienen unos 40 kilos de láminas de cobre, 10 kilos de cobre para el motor eléctrico de la propulsión, 34 kilos en los cables eléctricos (que pueden alcanzar hasta un kilómetro de longitud) y cinco kilos en partes del coche.
Los aerogeneradores requieren entre cuatro y nueve toneladas de cobre por MegaWatt (MW), si se instalan en tierra o mar, y los paneles solares necesitan cinco toneladas de cobre por MW.
El uso en los equipos para la producción de energía verde y para la electromovilidad es sólo una muestra de que la minería es esencial para la vida actual, pero también para el futuro más sostenible, moderno y confortable que estamos planeando como humanidad. Quienes sugieren limitar la minería deberían considerar que, al hacerlo, están hipotecando el futuro de las próximas generaciones, pues no habrá desarrollo sostenible sin la minería responsable y moderna que construimos e impulsamos a diario, con nuestra labor.