El columnista es presidente Sociedad en Movimiento .
Históricamente, el pueblo mexicano se ha unido ante las peores desgracias que nos han ocurrido: desastres naturales, crisis financieras, epidemias y levantamientos armados, han marcado el corazón de nuestro país, a lo largo de su historia.
Como en aquel 1985, donde el terremoto más letal de la historia, nos quitó a miles de amigos, vecinos, compañeros de trabajo y gente que en un segundo perdió la vida, donde además varias colonias de nuestra ciudad de México 'desaparecieron', y en donde los que quedamos trabajamos de manera incansable para buscar a los que estaban atrapados.
Lo mismo pasó hace casi tres años, cuando en 2017 otro terremoto con un impacto también en varios estados, volvió a sacar lo mejor de nosotros, volvió a unirnos como ciudadanos. En este caso, la solidaridad cambió y fue más allá, gracias a las 'benditas redes sociales', ya que en tiempo real pudimos conocer el estado actual y verdadero de la situación y focalizar los tan necesarios apoyos a los lugares que más lo necesitaban.
El compromiso y la solidaridad mostrada en estos actos, fue el sello que caracterizó a todo nuestro país. La solidaridad que nos empuja a dar lo mejor de nosotros mismos, donde las metas comunes de bienestar y apoyo al prójimo, son los objetivos de la sociedad.
Hoy, esta gravísima pandemia que afecta a todo el mundo tiene que generar en el gobierno, sector privado y en la sociedad civil una gran muestra de compromiso y apoyo comunitario. Debemos aprender rápidamente de lo sucedido en China, Italia, España y EU para evitar las miles de muertes y el colapso económico y financiero que los tiene al borde de la desesperación .
La prevención también juega un papel fundamental para evitar el contagio exponencial de la pandemia, por lo que urge comprometernos para que esto pase de manera rápida y tratar de minimizar el impacto económico y social en la medida de lo posible.
El sector empresarial y el sector social ya están haciendo su parte, el gobierno ha empezado ya también a dar avisos de compromiso y está tomando acciones al respecto. Ojalá se actúe de manera rápida y precisa, porque no solamente es la contención sanitaria, es el impacto económico político y social que resulta de una emergencia como la que estamos viviendo. Por eso debe existir generosidad de todas las partes interesadas, además de apoyos y estímulos fiscales y financieros para que nuestra economía no se colapse.
Por eso el juego se llama solidaridad .
Mañana será otro día.