Tengo que conquistar a muchos sectores de la sociedad. Sectores muy diversos, como el de los trabajadores, el de los empresarios –grandes y pequeños-, el de los campesinos y el sector rural en general, y el de tantos otros que se agrupan para defender sus legítimos –y en ocasiones no tan legítimos- intereses.
En los que toca al sector empresarial, necesito dialogar ampliamente con ellos, por la importancia que tienen en la vida del país. Lo reconozco. La empresa socialmente responsable, de la que tanto hablan los propios empresarios, es vital para nuestro desarrollo ya que a través de ella conquistamos mercados nacionales y extranjeros, contratamos millones de trabajadores y colaboradores, exportamos miles de millones de dólares recibimos el pago de sus impuestos, y se transforma en el eje del desarrollo económico.
Los conozco, ellos, con razón, desean un ambiente estable y predecible que les permita atraer inversiones y con esto generar más y mejores empleos.
Todos debemos ser ganadores en esta batalla por la Presidencia, pero sobre todo, si llego al poder, necesito establecer un diálogo permanente con sus líderes agrupados en el Consejo Coordinador Empresarial y los múltiples organismos que lo integran.
En el último encuentro que tuve en el terreno de la Coparmex salí bien librado…y mira que son bravos, muy bravos. Ahora viene el del CNA, que trae gallos con muchos espolones. Pero me van a hacer los mandados. Ya lo veremos en el aplausómetro.
Ellos, los empresarios, no creen en mí. Nunca han creído en mí. Yo no creí en ellos . Recuerdo en el 2006, en plena campaña presidencial, que la Coparmex tuvo fuertes confrontaciones conmigo, en mi carácter de candidato, por discrepar en la visión de desarrollo económico que yo proponía para el país. Ahora Claudio X. González y Alejandro Ramírez, el de Cinépolis, van a visitar a Peña Nieto para ver cómo me pueden tumbar. Eso no lo lograrán. El pueblo está conmigo. Por lo pronto voy a ver la serie sobre el populismo nada mas para ver qué van a decir de mí. Canijos, ya no saben por dónde zumbarme.
Debo sentarme a dialogar con ellos, pero nuevamente nos metimos en broncas. No me gustó que fueran a ver a Peña Nieto para pedir consejo sobre cómo evitar que yo llegue al poder. Yo voy a llegar al poder porque voy a llegar al poder. Todo lo demás me vale... Y ellos deben entender esto... Tengo un 42% de la intención del voto y eso me perfila a la Presidencia, quiéranlo o no. Ese muchachito Anaya se aliará seguramente con los pequeñines, pero a mí me vale, pues no le será suficiente. Soy Peje, pero no Lagarto y a mí me hacen los mandados. Este Poncho Romo, mi asesor entre otras cosas de los asuntos empresariales, debe ponerse más abusado para que yo no caiga en provocaciones y logre, si no la aceptación, por o menos la no confrontación abierta con este sector. No les gustó mi gabinete propuesto, ni a ellos ni a muchos otros. Tengo que darle una nueva pensada, pues las mentadas que he recibido a ese respecto son muchas y varias de ellas respetables.
Bueno, lo cierto es que ésta es mi última oportunidad para alcanzar la presidencia y lo voy a lograr pues, de otra forma, me retiro a mi rancho en Tabasco, que tanto quiero y que se llama "La Chingada". ¡NO, NO!, ! no quiero irme a la chingada por más que me guste mi rancho.
Bueno, ya le dije a Yeidckol Polevnsky que se ponga mas abusada en el programa de López -Dóriga, pues todos la agarran en contra de ella y a veces como que titubea. ¡Nada! Duro contra la mafia en el poder. ¡Ahora o nunca! Y no, no, ¡no quiero irme a mi querido rancho! Dentro de seis años (cuando menos) lo vuelvo a visitar para prepara mi retiro, pues ya andaré por los 72. Muy viejo para reelegirme. ¿Será?
Mañana será otro día.