Si eres aficionad@ a la cocina entenderás que todo tiene su tiempo de cocción; y creo que es la mejor analogía cuando nos referimos a las inversiones personales. Al sacarlas prematuramente no se alcanzan a cocer y si nos pasamos pueden quemarse; igual sucede al destinar recursos en un instrumento, el conocimiento fino de ‘chef financiero’ sería saber cuándo entrar y salir.
El problema es que en las finanzas no hay recetas; los entornos van cambiando y los mismos participantes afectan el desenvolvimiento de los mercados; veamos algunas situaciones.
1.- Empecemos por lo tradicional, como sería depositar dinero en el banco. Su ganancia dependerá de la tendencia de las tasas de interés y el plazo. Por ejemplo, si van al alza, lo conveniente es hacer documentos de corto plazo para seguir aprovechando los rendimientos superiores, hasta que se tenga el nivel mayor y a partir de ese momento contratar a un lapso largo.
2.- En el caso de los instrumentos de deuda, como serían los Cetes, resulta evidente cuando se registran ‘minusvalías’ en los saldos, pues el precio del bono es inversamente proporcional al incremento en las tasas.
3.- En cuanto a las bolsas de valores, imagínate que tuvieras el acierto de comprar antes de que suba y vender antes de que baje; los rendimientos se potenciarían. Ese sería el sueño de cualquier inversionista, pero como eso entra al ámbito de la fábula, el arte es el de conocer los elementos detrás de sus alzas y caídas.
Los mercados tienen una peculiaridad interesante: como todos están tratando de pronosticar, se presenta un fenómeno de adelantarse a los hechos, así es como el comportamiento de quienes participan se convierte en un factor más.
4.- Si en los puntos anteriores hablábamos de días en las inversiones tradicionales, minutos en las acciones, en los inmuebles pueden ser años. Estoy refiriéndome a la plusvalía de una propiedad que, si bien tiende a crecer con la inflación, la parte fuerte es que madure en el mercado y las personas la perciban atractiva. Por ejemplo, si compras un terreno en Mérida o el caribe mexicano, la pregunta sería cuándo obtendrá su mayor ganancia.
Por el contrario, mantener un bien raíz después de que llegó a su máxima valuación podría tener hasta un demérito, porque las zonas en ocasiones empeoran.
5.- En otros instrumentos el timing es incierto al ser especulativos. Por ejemplo, las criptomonedas son influidas por los rumores; las decisiones de los grandes tenedores; y de las medidas que toman empresa y gobiernos para limitar o impulsar esta alternativa.
La moraleja final es que ‘el tiempo’ debe ser parte de nuestro análisis en las resoluciones de inversión, aun cuando es imposible saber con exactitud lo que sucederá, es imprescindible elaborar pronósticos.
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