Mañana arranca la Semana Nacional de Educación Financiera organizada por la Conducef. Vale la pena aprovechar sus actividades y que sirva de excusa para sumergirse en temas relevantes para mejorar la administración del dinero, por eso te comparto ideas básicas de “supervivencia”.
¿Has practicado deporte o un instrumento? Es obvio que existen niveles de maestría y si bien, siempre habrá alguien iluminad@ con dotes especiales, también es posible desenvolverte con buenos resultados, incluso por arriba del promedio, mostrando un cierto grado de interés y esfuerzo. Lo mismo sucede con las finanzas personales, hay conceptos elementales, digamos de “alfabetización” que permiten llevar tu economía con orden.
1.- El “presupuesto” es un ejercicio que la mayoría conoce, pero pocos lo aplican. Tiene que ver con la planeación y disponer de los gastos en función de los ingresos, para saber a dónde se va tu dinero.
2.- La “liquidez” es contar con un monto suficiente para operar los gastos diarios. La puedes construir con un fondo de contingencia de entre una semana y quince días de gastos promedio mensual, de tal manera que nunca sufras por la llegada del día de pago o algún contratiempo leve. Otra ventaja es que podrás prescindir del uso de las tarjetas para financiar pequeños desbalances.
3.- La “deuda sana”, se refiere a tomar crédito cuando sea para situaciones en donde lo amerite o casos de extremo apuro como: enfermedades; educación; compra de un bien raíz; o impulsar un negocio, por ejemplo.
El punto de partida es tu capacidad de pago y evitar, a toda costa, financiarte para el gasto corriente, porque significaría un quebranto. Es bueno usar las tarjetas para transacciones, siempre y cuando pagues el saldo al corte para no generar intereses.
4.- El “rendimiento” es un término asociado con el ahorro y la inversión. Se trata de la ganancia obtenida de tus recursos destinados a instrumentos financieros o bienes que generan plusvalía. La primer referencia es el crecimiento de los precios de tus productos de consumo, para que al menos conserves tu poder adquisitivo.
5.- La “diversificación” se usa en el ámbito de las inversiones y expuesto en forma sencilla es como “no poner todos los huevos en la misma canasta”. Es decir, buscar una mezcla de activos que permitan bajar el riesgo del portafolio elegido.
6.- La “cobertura”, como la palabra lo dice, es protegerte sobre eventos que dañen tu patrimonio. En este sentido, puedes hacerlo a través del ahorro o contratar a una compañía de seguros que salvaguarde bienes, cubra gastos médicos o ayude a soportar económicamente un fallecimiento.
Creo que con estos seis conceptos es posible mantener en orden las finanzas personales y continuar aprendiendo para llegar a nivel de maestría.
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