Mis Finanzas

¿Caíste en el negocio de las tarjetas de crédito?

Al aparecer el trámite es sencillo y este tipo de tarjetas se ofrecen ‘como pan caliente’ en muchas tiendas.

Vas al supermercado y te encuentras la promoción de una tarjeta; te proponen otorgarte una en la correspondencia de tus estados de cuenta; te marcan por teléfono ofreciéndolas; entras a Internet y te llega publicidad sobre ellas. ¿Por qué? Sencillo, es un negocio redondo para lo bancos, al captar por abajo del 5 por ciento y cobrar entre el 30 y 60 por ciento de interés.

Para justificar ese diferencial, argumentan que registran el índice más alto de morosidad y llega a alrededor del 15 por ciento. Irónicamente, hay instituciones que tienen presencia en niveles socio económico bajos, con los mayores costos.

Incluso, algunos bancos dejan de solicitar la anualidad o es mínima, porque eso les permite sumar clientes y su ganancia está en las tasas que cobran.

Entiendo que ante los problemas de la contingencia de salud se haya recurrido a las tarjetas para solventar los gastos cotidianos, si no se tenía un fondo para imprevistos, pero eso ya está cambiando y es prudente también revisar qué tanto es el apalancamiento a través de ellas.

Los bancos quieren compensar el mercado que se les cayó durante la pandemia. Las transacciones con tarjetas de crédito disminuyeron en los primeros días del COVID, cuando los viajes estaban prohibidos y los restaurantes se encontraban cerrados.

Por nuestra parte, en la temporada navideña, la emocionalidad conduce a usarla con mayor frecuencia y por la tentación de “aprovechar” las promociones. Cuidado de caer en la ilusión de los meses sin intereses, pues aunque no lleve un costo de financiamiento, si se carece recurso para el pago total del saldo, el endeudamiento se irá elevando de manera continua.

Peor, si hacemos una disposición de efectivo. La comisión va del 5 al 10 por ciento, dependiendo del banco, adicional al cobro de los respectivos intereses si no la liquidas por completo al corte. Es válido si se trata de un apuro en caso de emergencia, pero para algunos este mecanismo es habitual.

Las tarjetas deben verse como un instrumento que, bien utilizado, es un excelente aliado para las finanzas personales. Para ello, te invito a leer esta columna el próximo jueves, en donde te propondré un nuevo paradigma de uso.

¿Cuántas tarjetas manejas? Coméntame en Instagram: @atovar.castro

Twitter: @albertotovarc

Alberto Tovar

Alberto Tovar

Economista, especializado en negocios y finanzas personales; certificado como coach de vida y equipos. Actualmente es el Director Regional de la Zona Norte de El Financiero. Ofrece conferencias, consultoría y coaching a organizaciones diversas.

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