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Tarjetas de crédito, ¿amigas o enemigas en la inflación?

Con una inflación como la actual, las alternativas de meses sin intereses se vuelven atractivas, pues quitan la presión sobre el flujo.

El uso de las tarjetas de crédito suele estar estigmatizado por su elevado costo como medio de financiamiento e incluso hay quien tiene miedo utilizarlas; sin embargo, pueden ser buenas aliadas en época inflacionaria. Es un instrumento que requiere poco conocimiento para sacarle una gran ventaja en este momento.

Partamos del reto más difícil en su administración. Es imprescindible liquidar el saldo a la fecha de corte para no generar intereses. Regularmente el mismo banco lo señala en el estado de cuenta.

Las tarjetas cortan en un día específico y puede moverse si cae en fin de semana. Es fundamental recordarlo, porque lo que carguemos después de esa fecha entrará hasta el siguiente mes, dándonos un financiamiento “gratuito”, siempre y cuando la tengamos en ceros.

La recomendación es contar con dos tarjetas con una diferencia de fecha de corte de alrededor de 15 días, porque así es posible aplazar los pagos. Sólo es cuestión de estar al pendiente de cuál es más conveniente usar, dependiendo del día.

Si llevamos a cabo los gastos con este mecanismo, tendremos una carga automática que podrá ser valorada contra un presupuesto. De hecho, existen aplicaciones que al ligarlas con el banco ofrecen análisis y alertas útiles.

Con una inflación como la actual, las alternativas de meses sin intereses se vuelven atractivas, pues quitan la presión sobre el flujo. Sólo tomemos en consideración si en realidad necesitamos el artículo y si no estamos comprometiendo demasiado el ingreso futuro.

Por el proceso de desaceleración económica, pueden surgir imponderables en donde las tarjetas salvan la situación, aun cuando el costo sea elevado; sobre todo si se trata de salud, viajes urgentes o alimentación. En estos casos sería bueno el sustituir el financiamiento lo antes posible por otro menos oneroso.

Lo importante es siempre liquidar el adeudo para que funcione únicamente como herramienta de transacción; además, buscar una tarjeta que los premios puedan ser utilizados en lo cotidiano, de tal manera que se pague con eso la anualidad.

Por ejemplo, si la cuota es de 2 mil pesos, y la recompensa o puntos es el 2 por ciento de las compras, necesitarías adquirir con ese plástico el equivalente poco más de 8 mil pesos mensuales para que te reintegren el costo. Pero hay opciones de tarjetas sin anualidad o con recuperación mayor.

¿Cómo te sientes con tus tarjetas de crédito? Coméntame en Instagram: @atovar.castro

Twitter: @albertotovarc

Alberto Tovar

Alberto Tovar

Economista, especializado en negocios y finanzas personales; certificado como coach de vida y equipos. Actualmente es el Director Regional de la Zona Norte de El Financiero. Ofrece conferencias, consultoría y coaching a organizaciones diversas.

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