En lugar de disponer de un millón de pesos en una propiedad, puedes invertir 100 mil en diez proyectos, propone Simon Dalgleish, director general de M2Crowd, con quien tuve la oportunidad de platicar en el podcast de Dinero y Felicidad.
La empresa es una institución de financiamiento colectivo, autorizada por la CNBV para operar bajo la ley Fintech. Tienen cerca de 5 años en el mercado, han fondeado alrededor de 400 millones de pesos a 60 proyectos inmobiliarios, con más de 6 mil inversionistas.
Comenta que en ocasiones se confía en las personas porque hablan bien y dicen cosas agradables, pero es mejor indagar sobre el desarrollador, su currículum y su situación financiera.
A decir de Simon Dalgleish, investigan los proyectos a los cuales se les puede otorgar dinero; revisan permisos, obra arquitectónica, el origen del recurso y la documentación del predio en donde se va a construir. Para ello, cuentan con un equipo de abogados y arquitectos que analizan la factibilidad.
Financian a desarrolladores por cantidades de entre 5 y 10 millones de pesos y se hace con inversionistas a través de su plataforma, en donde participan de 300 a 800 personas en cada proyecto.
No se requieren grandes montos, pues típicamente el mínimo es de 5 mil pesos y las tasas varían; en este momento se encuentran entre 13 y 16 por ciento anualizada. Los plazos arrancan desde los 8 o 9 meses, pero la mayoría son de 1 a 2 años.
Una característica a destacar es que no es posibles retirarse mientras dura el plazo acordado, e incluso si hay un retraso en la obra, el inversionista debe esperar. Menciona que es atractivo porque el riesgo es bajo y las tasas son altas; sin embargo, la contraparte es una falta de liquidez. Ahora, trabajan en un esquema para que sea viable salir en forma anticipada y esperan tenerlo listo en alrededor de tres meses.
Cuestionado por los riesgos, dice que en el extremo sería un daño en la obra por un sismo o una explosión; la probabilidad de que se nieguen a pagar el crédito y deban recurrir a procesos legales y, el más común, rezagos por clausuras, accidentes, errores de planeación o problemas financieros.
Advierte que la manera de operar no es como si fuera un pagaré bancario, pues el rendimiento y el plazo de terminación pueden variar ligeramente.
Si deseas escuchar la entrevista completa, hazlo en el podcast de Dinero y Felicidad en las principales plataformas como Spotify, Apple Podcast o Google Podcast.
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