La depreciación del peso mexicano se parece a la muerte, todos sabemos que ocurrirá, pero desconocemos cuándo. Ahí radica el punto central de la toma de decisión si se adquiere una cobertura. Veamos.
1.- Las proyecciones de Moody’s Analytics que han sembrado el nerviosismo, señalan que puede darse un aumento del dólar de 20 por ciento a “finales de 2022″, pero podría ser “a lo largo de 2023″ o incluso “retrasarse hasta 2024″. ¡Magos!
Es decir, no tienen claro cuándo se darán las condiciones para que esta depreciación ocurra y depende de una infinidad de factores a los cuales cada inversionista deberá de “apostar”.
2.- La premisa fundamental es que habrá menos flujo de divisas en la medida en que se materialice la recesión con los vecinos del norte; el Banco de México deje de seguir a la Reserva Federal con alzas en tasas, y se tenga una mal resultado de la controversia sobre los energéticos con Estados Unidos. Bajo esas circunstancias, la proyección tendería a cumplirse.
3.- Por el contrario, hasta la fecha, la expectativa de recesión ha ido acompañada de un incremento en el empleo en Estados Unidos; además el fenómeno de nearshoring juega un papel a favor de México con proveeduría que antes estaba en China y ahora busca situarse cerca de sus clientes.
Esta inversión extranjera directa tiende a ser más estable que la financiera; sin embargo, mientras las tasas de interés nacionales mantengan un margen significativo con respecto a las internacionales sería de esperarse que los flujos de divisas moderen una posible salida.
4.- Por lo tanto, el cuestionamiento relevante es saber cuándo podría suceder la depreciación, porque si, por ejemplo, se adquieren dólares y el alza en esta divisa acontece hasta finales de 2024, se dejaron de aprovechar las elevadas tasas del momento y prácticamente saldrían perdiendo o quedando tablas.
El costo alternativo de la cobertura es muy alto, pues hay instrumentos que generan una buena rentabilidad. Claro, si el dólar se deprecia una semana después de haberlo comprado se presentaría una fuerte ganancia y esa es “la apuesta”.
5.- Independiente de lo que pase, siempre es recomendable tener un portafolio diversificado con un porcentaje de cobertura, en función del tipo de inversionista y de las circunstancias que atraviese el país.
6.- También pueden considerarse opciones que con el tiempo tiendan a incorporar el precio del dólar, como son los bienes raíces o algunos títulos del mercado de valores ligados a dicha moneda.
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