Los problemas económicos en el hogar son un motivo de frecuentes discusiones; podría limitar la construcción de un patrimonio y es una de las principales causas de separación. En ese contexto, el coaching financiero con la participación de la pareja, resulta de suma utilidad.
Cada relación tiene sus características financieras únicas, determinadas por los niveles de ingreso o dependencia económica; la propensión al consumo o el ahorro; el conocimiento de los conceptos básicos de administración; su aversión o deseo al riesgo; su grado de confianza mutua; en fin, las combinaciones llegan a ser infinitas. Esto genera que no haya una respuesta simple a la pregunta: ¿Cómo nos ponemos de acuerdo con el tema del dinero?
1.- La primera ganancia de un proceso de coaching financiero de pareja es estandarizar conceptos y asimilarlos juntos. Esto permite hablar en el “mismo idioma” y que sea menos complicado fijar los parámetros para el manejo de los recursos.
2.- Como un coaching individual, inicia con la definición de metas y obliga al intercambio de ideas, para alinear su visión de vida para los próximos años. No hay nada más poderoso en un equipo que saber cuáles son los objetivos y facilita llevar a cabo el esfuerzo y los sacrificios para alcanzarlos.
3.- El diagnóstico de sus finanzas es comprendido por la pareja, porque parte de su propia información y percepción, permitiendo identificar sus éxitos y áreas de oportunidad para corregir a tiempo. Entenderán cuáles son las posibles consecuencias de la falta de planeación y serían capaces de tomar decisiones, que de otra manera hubiese generado mucha fricción.
4.- Habrá resoluciones en las cuáles se podrán poner de acuerdo con unanimidad, mientras otras serán dialogadas con un cierto grado de conflicto y será necesario negociar un punto intermedio. En este caso, un coach ayuda a la interacción, porque con su imparcialidad procurará que ellos mismos definan el curso a seguir.
5.- El proceso es conducido considerando también los deseos e intereses individuales, para que los dos obtengan satisfacción plena. Es decir, se busca una situación de ganar-ganar para toda la familia.
El dinero es solo un instrumento para alcanzar un bienestar, soportado con tranquilidad económica y logro de aspiraciones. El ponerse de acuerdo sobre su manejo, permite dedicarle tiempo a lo que en verdad importa y da sentido a la unión.
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