Cuando hiciste tus propósitos en diciembre de 2019 desconocías que la humanidad sufriría una pandemia, que todavía en 2023 no alcanza a pasar y en 2021 ni te imaginabas una elevada inflación, menor dinamismo productivo y tensión internacional por la invasión de Rusia a Ucrania. Esto es lo que Nassim Nicholas Taleb llama “cisnes negros”, eventos inesperados y fuera de toda probabilidad, que transforman radicalmente la visión del futuro.
1.- Tal vez el primer impulso sea dejar de planear. ¿Para qué hacerlo si el escenario se modifica en forma constante? En principio, debemos entender que el proceso de programar nuestras finanzas y elaborar un presupuesto, en ningún momento es una camisa de fuerza, sino un marco de referencia.
Al contrario, las herramientas de planeación sirven para facilitar las decisiones sobre en qué áreas hacer los ajustes; definir si es posible continuar con las metas establecidas; o si es necesario cambiar las pretensiones.
2.- Es crucial incluir dentro de la planeación la previsión, pues si bien desconocemos con exactitud qué va a suceder, sí sabemos que existe la probabilidad de acontecimientos sorpresivos. Por tanto, es imprescindible tener la cobertura por medio de seguros y de un fondo de contingencia, que dependerán de la capacidad económica de cada familia y de qué tan adverso se es al riesgo.
3.- Como lo llevan a cabo los países y las grandes empresas, es recomendable hacer un war room, este cuarto de guerra significa que lejos de menospreciar las circunstancias es importante considerarlas lo antes posible, para determinar la afectación. ¿Hay pérdida de patrimonio? ¿Tenemos estabilidad laboral? ¿Alcanzará el flujo de ingreso? ¿Qué gastos pueden ser recortados? ¿Qué acciones pueden tomarse?
4.- Junto con un entorno inesperado, debemos revisar nuestras creencias, para adecuarlas a las nuevas condiciones imperantes. Por ejemplo, negocios que se veían prometedores, dejan de serlo o inversiones muy lucrativas ahora, resienten un futuro incierto.
En algunos casos, pueden llegar a ser tan fuertes, que es necesario reaprender; simplemente, pensemos en cómo cambiaron los hábitos con el trabajo o estudio en casa; se tuvieron que adquirir nuevos paradigmas. Es fundamental contar con una mente abierta al aprendizaje.
Las crisis también generan oportunidades que serán aprovechadas en la medida en que estemos listos para acoplarnos a las nuevas reglas del “juego”.
¿Estás preparado para el cambio de planes? Coméntame en Instagram: @atovar.castro