Como parte de las circunstancias financieras actuales de alta inflación, tasas de interés elevadas y una marcada volatilidad en el mercado accionario, es normal cuestionar si la inversión en bienes raíces es una opción adecuada.
Repasemos algunos elementos para tomar la mejor decisión posible.
1.- Si no tienes el recurso para comprar una casa o departamento y debes recurrir a un crédito hipotecario, en definitiva, te encontrarás con costos por arriba de los niveles históricos.
En este caso, te conviene un contrato con tasa variable y sin penalización por prepago, para que cuando se presente el fenómeno contrario de caída en las tasas de interés, lo puedas aprovechar y, si tienes dinero saldes por completo el préstamo.
Un punto central es hacer una muy buena compra y que la propiedad tenga un precio bajo para que la plusvalía compense el costo del financiamiento en el largo plazo.
Cuida también la liquidez, porque con seguridad habrás de destinar más de tu ingreso para las mensualidades, lo que podría reducir el margen de maniobra en los gastos cotidianos.
2.- Si cuentas con el efectivo suficiente para hacer la adquisición, tendrías la tentación de beneficiarte de los réditos elevados y buscar un rendimiento por encima de 11 por ciento, en lugar de conformarte con uno que va de entre 5 y 7 por ciento en una renta. Sin embargo, podrías estar perdiendo algo de vista.
Recuerda, los rendimientos del sistema financiero son nominales y si les descuentas la inflación bajarían en torno al 3 y 4 por ciento.
En el caso de los bienes raíces se trata de una ganancia por arriba del crecimiento de los precios, dado que las propiedades tienden a seguir aumentando su valor a un porcentaje similar a la inflación o incluso superior, si se adquirió en una zona con plusvalía mayor.
3.- Un aspecto fundamental es que el fenómeno del acelerado avance en las tasas es momentáneo y se espera una reducción conforme la inflación sea controlada y lo más seguro es que al transcurrir el tiempo lleguen a ser negativas en términos reales, como lo han sido por lapsos prolongados en el pasado.
En cambio, la inversión en bienes raíces es de largo plazo y debe ser evaluada en periodos mayores. El reto es hallar una buena propiedad en una zona con una plusvalía que compense los rendimientos financieros a través de los años.
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