En pleno auge de la inteligencia artificial y la intensa rivalidad entre los gigantes tecnológicos, México surge como un receptor clave de capital extranjero. Su estabilidad financiera, inflación en descenso y robustez del peso, incitan a una carrera por las inversiones.
Este sentimiento se denomina FOMO, acrónimo de “miedo a perderse algo” por su traducción del inglés. Tal “desesperación” es capaz de propiciar decisiones imprudentes, por lo tanto, es fundamental implementar un proceso ordenado e implica tener un plan que debería incluir las siguientes acciones.
1.- Determina tus objetivos: ¿Cuál es el motivo de tu inversión? ¿Es para el retiro, para adquirir una casa, para la educación de tus hijos? Esclarecer tus deseos facilitará la identificación de los pasos a seguir.
2.- Acepta tu tolerancia al riesgo, pues va más allá de buscar el mayor rendimiento proyectado, si no evaluar la posibilidad de pérdida.
3.- Establece tu plazo conforme a tus metas y necesidades de liquidez para conocer cuánto tiempo estás dispuesto a esperar a que la inversión madure. Es importante distinguir entre operaciones de muy corto lapso y las patrimoniales, que incluso pueden abarcar años.
4.- Apuesta por la diversificación y evita colocar todos tus “huevos en la misma canasta”. Esto te resguarda frente a la volatilidad de los mercados al distribuir tu capital en diferentes instrumentos.
5.- Toma en cuenta los costos como comisiones, gastos de los fondos de inversión, e impuestos, para tener una imagen más realista de las ganancias potenciales.
6.- Procura estar al día y en constante formación. Revisa los medios de comunicación, lee libros, sigue blogs de finanzas, participa en webinars, etc.
7.- Define cómo gestionarás tus decisiones, si lo harás a través de una aplicación o mediante una casa de bolsa.
8.- Recuerda que esto es una chamba permanente, pues debes reajustar el portafolio con base en los cambios del entorno y las expectativas, para que permanezca orientado hacia tus objetivos.
El universo de las inversiones puede parecer complejo e incluso intimidante, pero con los principios adecuados, una planificación cuidadosa y la disposición de aprender, lograrás que tu dinero trabaje para ti. Olvídate del FOMO, más bien acoge el conocimiento y da un paso consciente hacia tu futuro financiero.
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