Incrementar tu patrimonio puede resultar desafiante, sobre todo para quienes carecen del tiempo o la experiencia necesaria para analizar el flujo constante de información financiera. Sin embargo, una buena estrategia no tiene por qué ser complicada ni consumir demasiado esfuerzo; una opción son los fondos de inversión y los ETFs (Exchange Traded Fund) pueden ofrecer una solución efectiva y manejable.
Los fondos consolidan recursos de un gran número de clientes para adquirir un portafolio diversificado de bienes que son elegidos y administrados por especialistas. Lo anterior, economiza tiempo y esfuerzo, además de aportar diversidad y análisis que sería difícil alcanzar de manera individual.
De forma parecida, los ETFs son fondos negociados en la bolsa como si se tratara de acciones unitarias. Proveen una diversificación y son apreciados por sus costos más bajos. A pesar de no ser administrados, facilitan el acceso a un extenso abanico de activos o segmentos.
Recientemente, la revista de finanzas personales Kiplinger publicó un artículo exponiendo diversas combinaciones de fondos indexados de acciones e instrumentos de deuda ajustables al perfil de riesgo del inversor. Desde ser cautelosos con una distribución del 45 por ciento en títulos y el 55 por ciento en bonos, hasta ser agresivos con un 80 por ciento en mercado de capital, las combinaciones son vastas para adecuarse a tu grado de afinidad con el riesgo.
A pesar de que los ETFs tienden a tener tasas de gasto inferiores, los fondos podrían tener comisiones que, con el tiempo, mermen los beneficios. Además, la falta de autonomía respecto a la elección de bienes quizá no sea del agrado general. Hay personas que optan por un rol más protagónico en el manejo de sus finanzas, y para ellos, delegar en un tercero la toma de decisiones podría representar una barrera.
Otro aspecto para considerar es el riesgo asociado al desempeño. Por más experto que sea el administrador es imposible tener certeza en el entorno de las inversiones, de tal manera que existe la probabilidad de obtener ganancias o enfrentar pérdidas.
La diversificación, a pesar de ser una herramienta poderosa, no garantiza altos rendimientos ni protege por completo. Cada persona debe ser consciente de su perfil y estar dispuesto a adaptar su estrategia en función a sus objetivos, situación financiera y horizonte de inversión.
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