Por lo regular, perseguimos los objetivos de la empresa donde trabajamos, sin dedicarle la misma seriedad a la economía familiar. Ese escenario cambia si asumimos el rol de “director general” de nuestras finanzas.
En el ámbito corporativo, armar un presupuesto y hacer planes anuales es esencial. Las empresas proyectan ingresos, calculan costos y dirigen sus esfuerzos a áreas estratégicas. En contraste, a menudo tratamos el dinero sin rumbo preciso, con gastos que surgen sin intención clara. Diseñar un plan personal requiere un método sencillo: enumera cuánto percibes y cómo lo utilizas, priorizando el ahorro y las metas de largo plazo.
La gestión del flujo de efectivo guarda un parecido entre la administración corporativa y la del hogar. Una empresa despreocupada de su liquidez arriesga el pago de la nómina e incluso el cumplimiento con proveedores. En lo personal, enfrentar la quincena sin fondos desequilibra la economía y alienta el uso excesivo de la tarjeta de crédito, debilitando nuestras finanzas. Por esa razón, resulta esencial planificar los gastos fijos, y asignar un porcentaje para imprevistos.
La deuda en ocasiones funciona como aliada, similar al apalancamiento empresarial que fomenta el crecimiento. En nuestra vida financiera, comprometer recursos con criterio conlleva invertir en educación o adquirir un bien raíz que incremente su valor. Sin embargo, arrastrar saldos en la tarjeta de crédito por entretenimiento o compras impulsivas encierra a cualquier persona en un círculo vicioso difícil de romper.
La familia, como consejo de administración, ejerce un papel decisivo al fijar objetivos definidos y esquivar sobresaltos. Cuando cada integrante comprende la importancia de ahorrar, distinguir entre deseos y necesidades y trabajar por metas compartidas, surge un entorno cohesionado y consciente. Además, conviene llevar a cabo evaluaciones frecuentes –equivalentes a auditorías– para medir cómo va el presupuesto.
Más allá de tener un buen desempeño laboral, cobra especial relevancia la capacidad de dirigir nuestras finanzas con la misma determinación dedicando esfuerzo y tiempo con el fin de tener seguridad y bienestar.
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