Directora de Análisis y Estrategia en Intercam Casa de Bolsa

El lento progreso de la inflación

Será importante mantener la postura restrictiva más allá de la tasa considerada como neutral un tiempo prolongado si realmente el banco central quiere lograr el objetivo del 3.0 por ciento.

Directora de Análisis y Estrategia en Intercam Casa de Bolsa

De acuerdo con la lectura de la primera quincena de junio, el Índice de Precios al Consumidor se ubicó en 5.18 por ciento, en tanto la inflación subyacente, que es más estructural, descendió de 7.32 a 6.91 por ciento. Parte de la caída en los precios se explica por los menores precios de los energéticos, en particular las gasolinas, que es uno de los componentes más volátiles. Otra razón son las elevadas bases de comparación, por lo que la trayectoria de baja se explica por razones aritméticas. Al interior del componente subyacente, las mercancías han descendido de 11.28 por ciento alcanzado en noviembre del año anterior a 9.04 en el último registro. Las mercancías en su mayoría son bienes comerciables internacionalmente. Entonces, ¿por qué si el dólar ha perdido el 14.97 por ciento frente al peso en los últimos 12 meses, no hemos observado un descenso más rápido en las mercancías, que representan más de la mitad de la inflación subyacente?

Mucho se ha discutido sobre la efectividad de los canales de la política monetaria en este ciclo restrictivo, ante el moderado progreso de la inflación. No obstante, a pesar del incremento en las tasas de referencia, la demanda sigue creciendo de manera importante, como se refleja en el crecimiento del crédito y del producto. Así lo muestra el último dato del IGAE, donde la economía mexicana al mes de abril aumentó 3.3 por ciento, ligando cuatro meses consecutivos de incrementos importantes, y superando ampliamente los estimados originales del mercado. Si bien es cierto que la recuperación en la actividad económica posterior a la pandemia tardó tiempo en materializarse, ha tomazo fuerza. El impulso proviene principalmente del sector servicios, el cual es menos sensible al aumento de las tasas de interés.

Existen además, otras razones igualmente importantes para explicar el moderado progreso que ha hecho la inflación. La primera tiene que ver con el rezago con el que actúa la política monetaria. El segundo tiene que ver con que la mayoría de los importadores y exportadores no hace sus compras al descubierto. Es decir, en muchos casos los agentes comerciales tienen coberturas cambiarias que les han permitido fijar de manera anticipada sus precios en pesos de las mercancías que venden o compran en el exterior, con la finalidad de limitar el riesgo cambiario en sus utilidades. Considerado esto, es natural estimar que hay “capas” de inventarios realizadas a precios –en términos de pesos– más elevados que los actuales, en tanto no observemos el desplazamiento de estos productos, no veremos el impacto final en la fuerte apreciación del peso.

Sin embargo, no todo tiene que ver con el tiempo y las coberturas. Identificamos dos factores adicionales más estructurales que explican este fenómeno. 1) Poca competencia económica en la oferta de bienes comerciables. Cuando no hay suficiente competencia entre oferentes de mercancías, se limita el aliciente para bajar precios y estimular la demanda de sus productos en el mercado. Pese a la disminución del precio del dólar, la falta de competencia ha sido una de las razones torales por las que no hemos presenciado un progreso más importante en el proceso desinflacionario. 2) Aumento en los costos laborales. Este año, el salario promedio diario se ha incrementado en 9.64 por ciento, el más elevado en los últimos años. Es importante señalar que las negociaciones salariales se hacen de manera ex ante, por lo que parte del aumento en el salario tiene que ver con el incremento en el costo de vida; ante esta circunstancia, los salarios y la inflación per se tienden a presentar un efecto inercial. También vale la pena mencionar que, este último factor hace más difícil el descenso de la inflación.

Hacia adelante esperamos que la inflación continúe la trayectoria de baja, pero será importante mantener la postura restrictiva más allá de la tasa considerada como neutral un tiempo prolongado si realmente el banco central quiere lograr el objetivo del 3.0 por ciento en el horizonte de su pronóstico.

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