Directora de Análisis y Estrategia en Intercam Casa de Bolsa

Los motores de la economía mexicana

La mayor demanda interna, el crecimiento de la inversión fija bruta y la recuperación del sector automotor, son factores que han revisado al alza las estimaciones de la actividad económica.

Prácticamente todos los agentes del mercado, comenzando por analistas privados hasta Banco de México han revisado al alza sus pronósticos de crecimiento económico para el año de manera muy significativa. De acuerdo con la encuesta de Banco de México, el consenso de analistas estima que la economía mexicana crecerá en el orden de 3.0 por ciento, misma previsión del banco central en su último Informe Trimestral de Inflación, siendo que la parte medular del comunicado se centró en la revisión sobre su pronóstico para el crecimiento del PIB.

Son varios los factores que han originado que las estimaciones sobre la actividad económica sean mayores. Para empezar, debemos señalar que la tan anunciada recesión en Estados Unidos no se ha materializado, de hecho la economía americana ha sorprendido por su resiliencia y, de acuerdo con los últimos indicadores adelantados, pareciera no dar señales de marcada desaceleración, así lo muestra el indicador del ISM de servicios, que contrario a los pronósticos, se aceleró. Además, de acuerdo con un indicador muy preliminar que elabora la Reserva Federal de Atlanta, se estima que la economía de Estados Unidos crezca en el orden de 5.6 por ciento en el tercer trimestre del año, acelerando su ritmo de expansión contra lo observado en el primer semestre del año. Sí, una de las razones fundamentales que han originado el cambio en los pronósticos ha sido la solidez de la economía de Estados Unidos. Sin embargo, no es el único factor. La demanda interna de México se ha acelerado en el 2023.

Esta semana se dio a conocer el dato de inversión fija bruta, que mostró un crecimiento en términos mensuales de 3.1 por ciento, ligando 12 meses consecutivos en expansión. Además, en términos anuales mostró el crecimiento más elevado en dos años. Al interior, en las dos categorías se observa un incremento de doble dígito. La construcción aumentó 37.1 por ciento impulsada por la actividad no residencial. El otro componente, maquinaria y equipo, creció 20.5 por ciento. Finalmente estamos observando un repunte fuerte en la inversión. Considerando los datos del mes de junio, la inversión fija bruta superó los niveles prepandemia en 30 por ciento y se colocó como el nuevo máximo histórico. Resulta evidente que la inversión se está acelerando, y que el componente que había estado ausente finalmente está impulsando la actividad económica.

Otra de las razones que muestran evidencia que la economía mexicana se ha robustecido, es el consumo, que en el mes de junio creció 4.3 por ciento. La fortaleza en el consumo se explica por la creación de empleos, así como por una moderación en las presiones de los precios. Adicionalmente, debemos señalar que las remesas han jugado de manera determinante en la solidez en el consumo. Al considerar los últimos 12 meses se ha alcanzado un monto de 61 mil 232 millones de dólares, un nuevo máximo histórico. A pesar de la pérdida de poder adquisitivo derivado de la apreciación del peso, el monto promedio mensual se ha incrementado el 9.1 por ciento en el año, influyendo positivamente en el gasto disponible para las familias mexicanas.

Finalmente, consideramos que parte del dinamismo en la economía mexicana responde a la recuperación del sector automotor, ya que representa cerca del 3.6 por ciento del PIB. En el mes de agosto, la producción automotriz registró un aumento del 10 por ciento en términos mensuales, en tanto las exportaciones de autos mostraron un incremento del 4.4 por ciento, mes a mes y un incremento superior al 15 por ciento en su lectura anual. Al mes de julio, las exportaciones de manufactura automotriz generaron poco más de una tercera parte de las exportaciones no petroleras con un incremento del 13.3 por ciento.

La economía mexicana tardó mucho tiempo en recuperar los niveles del 2020, pero es un hecho irrefutable que el crecimiento ha tomado vigor. No obstante, aún existe camino por recorrer toda vez que no se han alcanzado los niveles de PIB per cápita prepandemia y existe una elevada informalidad.

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