Directora de Análisis y Estrategia en Intercam Casa de Bolsa

¿Acaso la Reserva Federal ya no recortará?

Los datos de producción industrial, la fortaleza de las ventas al menudeo y las revisiones al alza por parte del MI respecto de las perspectivas sobre la actividad económica, fortalecieron la expectativa de una Reserva Federal más prudente y más paciente.

El cúmulo de datos que se han publicado recientemente de la economía americana ha originado cambios en la percepción de los mercados e inversionistas sobre la conducción de política monetaria por parte de la Reserva Federal. Al inicio del año, los futuros de tasas implícitas incorporaban seis… ¡SEIS! recortes en la tasa de fondos federales, señalando que, al cierre del año la tasa de referencia en Estados Unidos cerraría en un rango entre 3.75 y 4.00 por ciento. Ahora, en la mesa existe la posibilidad, no muy remota, de que la Fed no modifique su postura restrictiva.

Después del último dato de inflación en Estados Unidos y del reporte de empleo del mes de marzo, que señala que el mercado laboral continúa muy robusto, se han modificado las expectativas de la postura monetaria que llevará a cabo la Fed. Los futuros de tasas implícitas descuentan cuando mucho dos recortes, que podrían ocurrir en el mes de septiembre y diciembre, al igual que el grueso de los analistas, que esperan 50 puntos base en el 2024.

Esta semana se publicaron ciertos datos que abonan con mayor evidencia la solidez de la economía de Estados Unidos. Los datos de producción industrial, la fortaleza de las ventas al menudeo y las revisiones al alza por parte del Fondo Monetario Internacional respecto de las perspectivas sobre la actividad económica, fortalecieron la expectativa de una Reserva Federal más prudente y más paciente. El indicador oportuno sobre el PIB del primer trimestre del año que elabora la Fed de Atlanta (GDPNow) sugiere que la economía de Estados Unidos habría crecido 2.9 por ciento. La fuerte actividad económica implica riesgos en el frente inflacionario, ya que los precios de los servicios se mantienen elevados y los salarios siguen avanzando a paso firme.

Aunado a ello, Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, recientemente señaló que los datos más recientes sobre la inflación no están dando mayor confianza sobre la trayectoria del camino desinflacionario, e incluso muestran que es más probable que tome más tiempo del esperado en que se logre el objetivo. Adicionalmente resaltó que si la inflación elevada persiste, como lo ha sido el caso, pues la inflación subyacente muestra dos meses consecutivos en un nivel de 3.8 por ciento sin mostrar progreso alguno, pueden mantener los niveles de tasas en 5.50 por ciento por más tiempo del estimado. Por su parte, el vicepresidente, Philip Jefferson, hizo comentarios en el mismo tenor y reiteró su compromiso de regresar la inflación al objetivo de 2.0 por ciento.

La respuesta en los mercados no se ha hecho esperar. Para empezar el dólar se ha fortalecido contra la mayoría de las monedas alrededor del mundo, incluyendo el peso. El dólar, luego de haber alcanzado un mínimo de 16.20 pesos en días anteriores, nivel no observado desde el 2015, rápidamente regresó a superar los niveles de 17 pesos por dólar, depreciándose 5 por ciento como respuesta de rendimientos más atractivos en dólares, ya que una postura más hawkish del Fed tiene implicaciones en todas las latitudes. Los rendimientos de los Treasuries alcanzaron máximos del año, con el bono a dos años rebasando el 5 por ciento por primera vez desde noviembre del año pasado. En ese mismo sentido, los Bonos M alcanzaron esta misma semana 10.15 por ciento, tan solo 10 puntos base debajo del máximo histórico. En tanto, los mercados de renta variable se han ajustado a la baja, con el principal indicador bursátil, el S&P500, regresando al nivel de cotización de febrero de este año, borrando parte de las ganancias obtenidas en los meses recientes.

La inflación presenta varios retos. Dado el panorama, todo parece indicar que el recorte en tasas se ve lejano, inclusive es posible pensar que este año la Reserva Federal no realizará ningún recorte. Con esto en mente, es posible estimar las implicaciones para México: un peso menos fuerte y un Banxico más cauto.

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