Alejandra Marcos

La principal preocupación

A pesar de que todas las calificadoras tienen a México en una perspectiva estable, no podemos descartar revisiones a la baja.

Recientemente, la mayor inquietud es el Paquete Económico que se presentará a mediados del mes de noviembre. Posiblemente será la pieza más importante de información a evaluar en el plano local, que puede definir el rumbo de los siguientes años y que de manera inmediata tendrá una reacción en los mercados.

Existe el compromiso por parte del gobierno de hacer un fuerte recorte en el déficit y lograr la consolidación fiscal, pues la SHCP debe llevar las finanzas públicas a la senda de sostenibilidad. Uno de los compromisos de la Presidenta es mantener el endeudamiento a PIB en un nivel razonable durante su administración. Hay que recordar que el gasto creciente (mayor déficit) de este año fue justificado bajo la óptica del gasto inherente a las elecciones, así como el aumento en la inversión física para finalizar las obras insignia.

Las interrogantes son varias, pues los planes de la presidenta Sheinbaum son ambiciosos, requieren un gasto progresivo, sumado al gasto inercial de los programas sociales y las pensiones. Ello aparejado con el enorme reto de seguir creciendo los ingresos tributarios, sin una reforma fiscal, que a la fecha ha sido dejada a un lado, en medio de una desaceleración de la economía mexicana.

Del año 2009 al 2023 el balance primario (ingresos menos gastos sin incluir el pago de intereses de la deuda) arroja en promedio un déficit del 0.2 por ciento, este año cerrará por el orden de 1.3 por ciento. Para el 2025 un déficit más elevado generaría inquietudes sobre el nivel de endeudamiento, por lo que el reto, en el mejor de los casos, es regresar al nivel de balance primario ligeramente deficitario, similar al de los últimos 14 años. En cuanto a los RFSP (Requerimientos Financieros del Sector Público), una medida más amplia del déficit, será por el orden de 5.9 por ciento, y el compromiso de Hacienda es regresarlo al 3 por ciento.

La SHCP se encuentra en una encrucijada frente a ingresos limitados y gastos crecientes. Será complejo lograr crecimiento de los ingresos en el margen, cuando lo que se prevé es una desaceleración en el Producto, e inclusive no podemos descartar una recesión. En ese tenor, la encuesta de especialistas privados estima un crecimiento del PIB del 1.5 por ciento, debajo de las expectativas de la SHCP que estiman 2.5 por ciento.

Para los gastos la tarea es más compleja aún, pues el 76 por ciento del gasto se encuentra etiquetado. Para darnos una idea más clara del gasto creciente e inercial, los recursos destinados a subsidios y transferencias (programas sociales) pasó del 2.9 al 4.2 por ciento del PIB en el sexenio de AMLO, y vale la pena señalar que muchos de estos apoyos ya fueron incluidos en la Constitución, por lo que serán obligatorios. Para las pensiones, el aumento en los últimos seis años ascendió a un punto porcentual.

Posiblemente el recorte en el gasto provendrá de la inversión física, que representa 2.6 por ciento del PIB. A pesar de que será difícil comenzar a gastar en los proyectos de infraestructura de Claudia Sheinbaum, se debe señalar que las obras de la pasada administración no han sido terminadas y que inclusive necesitarán subsidios, por lo que a pesar de una dramática reducción en el gasto en inversión, estimamos que aún tendrá un renglón en el paquete de egresos. En cuanto a los intereses de la deuda –que resulta ser una de las preocupaciones más importantes de una calificadora–, representan el 3.5 por ciento del PIB, y a pesar de que estimamos tasas de interés más bajas, aliviando parcialmente la presión en el gasto, el descenso será insuficiente para lograr la consolidación fiscal.

Resulta evidente que el crecimiento en el gasto no tiene un respaldo a nivel ingresos, por lo que más allá del 2025, el principal cuestionamiento es la senda de sostenibilidad de la deuda a PIB en un nivel razonablemente holgado. Tras la presentación del Paquete Económico las calificadoras revisarán al soberano, y a pesar de que todas tienen a México en una perspectiva estable, no podemos descartar revisiones a la baja.

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