En el ámbito de política exterior, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha seguido una doble línea discursiva. Por un lado, cuando se trata de asuntos propios de México, el mandatario apela a la soberanía y la autodeterminación de los pueblos, usando recursos retóricos como “México no es colonia”, sobre todo frente a Estados Unidos. El mensaje es que otros países o gobiernos no deben meterse en los asuntos que sólo le competen a México.
Por otro lado, el Presidente suele expresar opiniones políticas sobre los asuntos de otros países, particularmente de América Latina, entrando en una aparente contradicción.
Tuvo un momento ríspido con Panamá cuando el gobierno de ese país rechazó la propuesta de embajador que había hecho México, aunque podemos decir que ese era un asunto también propio y no solamente de “respeto al derecho ajeno”, como diría el Benemérito.
Otra cosa fueron sus declaraciones en torno a las elecciones de Colombia este año y ante la situación en Perú en estos días, donde la postura del presidente López Obrador generó reacciones, tanto en esos países, como entre la opinión pública nacional.
En ambas coyunturas incluimos preguntas en las encuestas para conocer el sentir de la opinión pública mexicana.
En la encuesta nacional de EL FINANCIERO se incluyó la siguiente pregunta: “En las recientes elecciones de Colombia, el presidente López Obrador expresó apoyo a uno de los candidatos. En su opinión, ¿está bien que el Presidente de México exprese su apoyo a proyectos políticos en otros países o cree que debe mantenerse al margen?”. AMLO había manifestado su apoyo y simpatía con Gustavo Petro y su proyecto.
Un tercio de las personas entrevistadas (34 por ciento) respondió que “está bien que el Presidente exprese apoyo”, pero una mayoría de 63 por ciento dijo que “debe mantenerse al margen”.
La complicada situación en Perú en estos días generó una reacción similar de la sociedad mexicana, a favor de no intervenir en los asuntos de otras naciones.
De acuerdo con la encuesta nacional de EL FINANCIERO publicada ayer, 39 por ciento ve bien que López Obrador exprese su opinión sobre asuntos políticos en otros países, pero una mayoría de 51 por ciento prefiere que el mandatario se mantenga al margen. El estudio arrojó que 52 por ciento desaprueba que México ofrezca asilo político al presidente destituido de Perú, Pedro Castillo.
El sondeo se realizó antes de que se diera a conocer la postura oficial de México, en conjunto con Argentina, Bolivia y Colombia, de respaldar a Castillo.
Lo que muestran estos números es que la opinión pública mexicana ha mantenido una postura mayoritaria de apoyo a la no intervención.
Las encuestas también muestran un tono partidario en estos asuntos de política exterior: en su mayoría, los seguidores de Morena ven bien que el Presidente se manifieste políticamente sobre los asuntos de otros países, mientras que los simpatizantes de la oposición expresan una postura casi unánime de rechazo, prefiriendo que el mandatario se mantenga al margen.
El activismo presidencial tuvo un apoyo de los morenistas de 52 por ciento en el tema Colombia y 61 por ciento en el tema Perú, en ambos casos mayoritario, pero lejos de ser unánime; por otra parte, el rechazo de los oposicionistas al activismo de AMLO fue de 76 por ciento y 85 por ciento en cada caso, mucho más marcado.
Lo más relevante, sin embargo, no es esa alineación partidaria en asuntos de política exterior, la cual es esperable, sino el hecho de que la mayoría de apartidistas también manifieste su rechazo a que el Presidente se meta en los asuntos de otras naciones.
Entre los apartidistas predomina la preferencia porque el Presidente no se meta: 60 y 54 por ciento en las coyunturas de Colombia y Perú, respectivamente.
Cuando AMLO toma un papel activo en la política de otros países latinoamericanos, no sólo genera reacciones en esos países, también ha generado un rechazo mayoritario entre la sociedad mexicana, así como una expectativa de no involucramiento.
La coyuntura colombiana no parece haberle pasado factura a la popularidad de AMLO, y la oferta de asilo político a Evo Morales, a finales de 2019, medida que dividió opiniones, tampoco generó bajas en el apoyo popular, según la encuesta publicada en noviembre de ese año. Veremos si su activismo ante la coyuntura peruana trae algún efecto.