¿Cuál es el partido político más cínico y mercenario de México? La respuesta podría abarcar a casi todos los institutos políticos; sin embargo, ahora que está la ponderación de la contrarreforma eléctrica del presidente López Obrador y bajo la lupa del escrutinio público, diremos que el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) hace de todo, menos cumplir con sus principios y plataforma ideológica, al sumarse sin resquemor alguno al apoyo a la citada iniciativa presidencial.
Desde hace más de dos décadas, los verdes se han caracterizado por venderse al mejor postor, primero fue con Vicente Fox, luego con Felipe Calderón, después con Enrique Peña Nieto y ahora con AMLO.
Son unos acomodaticios y mercenarios del poder.
El único amor que tienen por la causa verde, es el billete verde, los dólares.
El respeto por los ordenamientos que marcan las leyes electorales no lo respetan, la prueba es la compra de voluntades de influencers que hicieron el día de la elección del 6 de junio, y que a la postre fueron castigados por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación con una multa irrisoria de 40.9 millones de pesos, en lugar de retirarles el registro por tratarse de una reincidencia.
Luego de los resultados de esa elección en donde alcanzaron la inimaginable cifra de 43 diputados federales, además de la gubernatura de San Luis Potosí, pretendieron salirse del huacal del presidente, con la amenaza de que ahora no iban a ser un cheque en blanco y con ello romper el cordón umbilical con el poder; sin embargo, más tardó la Fiscalía General de la República en filtrar algunas de las acusaciones integradas en sendos expedientes contra Manuel Velasco Coello, el exgobernador de Chiapas, que ellos en retractarse de sus intentos emancipadores.
La cola del llamado ‘Niño Verde’, Jorge Emilio González Martínez y de los principales dirigentes de ese partido, es tan larga que es imposible no pisarla.
En torno a la reforma eléctrica de AMLO, en donde se pretende romper los acuerdos internacionales en materia ambiental, los verdes hacen como que la virgen les habla, ni pío han dicho en torno a que, con esta propuesta presidencial, se estaría dejando atrás el uso de energías renovables para dar paso al combustóleo y al carbón para mover las plantas generadoras de electricidad.
El impacto ambiental de la reforma eléctrica implica eliminar los Certificados de Energía Limpia (CEL) y con ello se quitaría el principal incentivo para desarrollar la capacidad instalada renovable en el país.
Por supuesto, la Comisión Federal de Electricidad no tiene la capacidad per se para aumentar la participación de las energías renovables, en virtud de que carece del capital necesario, pero con la reforma, estaría libre de este compromiso.
México tiene compromisos ineludibles con la comunidad internacional en torno a la transición energética y con el salto al pasado que se pretende dar, se verá imposibilitado a generar 35 por ciento de su energía a partir de energías renovables para 2024.
Este escenario antiverde no le interesa al Partido Ecologista, al contrario, parece que les da gusto que el actual gobierno provoque un gran daño ambiental.
Como se sabe, el uso de los paneles solares constituye un parteaguas en relación al costo beneficio e impacto ambiental para los consumidores. Los paneles convierten la energía proveniente del sol, misma que se envía al Sistema Eléctrico Nacional a través del cableado de electricidad, para ello se requiere un contrato de compraventa de energía entre el usuario y la CFE.
Con la propuesta de AMLO se cancelan los contratos de compraventa de energía eléctrica entre los entes privados y la CFE.
El impacto ambiental de la reforma pega en varias líneas de flotación de la política ambiental de México, pero a los mal llamados verdes no les interesa, al contrario, saben que si la apoyan recibirán a cambio prebendas y canonjías que les servirán para dar el salto hacia los brazos del sucesor de López Obrador.