Desde San Lázaro

Capricho presidencial mató dos aeropuertos

La cancelación del NAIM, en Texcoco y la construcción de la nueva terminal aérea en Santa Lucía han representado, en su conjunto, un gasto que supera los 500 mil millones de pesos.

La cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México ( NAIM) por un capricho presidencial, sustentado en una consulta popular patito, también ha afectado al aeropuerto de Toluca que en estos momentos no tiene vuelos comerciales, no obstante que la terminal aérea está en óptimas condiciones para hacerlo.

Al costo de la cancelación del NAIM hay que sumarle el pago de bonos de los inversionistas afectados, así como dejar de percibir los recursos por la Tarifa de Uso del Aeropuerto de la CDMX, (TUA), ya que este ingreso se utiliza para pagar los pasivos que acarreó suprimir esa terminal en construcción.

Al cancelar el proyecto del NAICM, el gobierno de AMLO, tuvo que pagar la terminación adelantada de contratos, liquidar los contratos de la Fibra E con todo y el rendimiento del 10%, recomprar un porcentaje de los bonos emitidos y asumir las pérdidas de la inversión ejercida en la construcción.

Además, también hay que agregar a la bolsa que representó una gran daño al erario público, las pérdidas sufridas por el aeropuerto de Toluca, que entre la pandemia, la salida de Interjet y las decisiones del presidente, está en quiebra técnica, ya que si bien podrían aterrizar algunas líneas aéreas en el 2022 en ese aeropuerto, lo cierto es que será un elefante blanco cuando entre operaciones la terminal aérea de Santa Lucía.

El diputado Héctor Saúl Téllez Hernández (PAN), secretario de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, afirmó que los avances que tenía el Aeropuerto Internacional de Texcoco, su cancelación y la edificación de la nueva terminal aérea en la base militar de Santa Lucía han representado, en su conjunto, un gasto que supera los 500 mil millones de pesos.

Con lo gastado hasta el momento podría haberse concluido ya el Aeropuerto de Texcoco, que sin duda representaba una mejor opción y hasta alcanzaría para construir otros dos aeropuertos de menor envergadura, como el Felipe Ángeles. La magnitud del error es tal, que con esos recursos no solo se podría haber terminado el aeropuerto, sino hasta construir de 15 a 20 líneas de metro en las principales ciudades del país, advirtió el legislador blanquiazul.

La construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, en la base aérea de Santa Lucía, no costará 79 mil millones de pesos, como afirmó el Presidente de la República, sino casi 100 mil millones de pesos, pues tendrá un sobrecosto de 18 mil 221 millones de pesos al finalizar 2022.

De acuerdo con datos de la propia Secretaría de Hacienda, el gasto acumulado y proyectado al cierre de 2021 de por lo menos 86 mil 771 millones de pesos, a los cuales habría que sumarles 11 mil 450 millones autorizados para 2022. Lo anterior suma una cantidad asignada a este proyecto de cuando menos 98 mil 221 millones de pesos.

La cancelación del Aeropuerto Internacional que se edificaba en Texcoco costó al erario público más de 280 mil millones de pesos, y no 100 mil millones de pesos como lo afirmó la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).

Los avances de la construcción del aeropuerto de Texcoco, del 32.45%, representaron 135 mil millones de pesos, de acuerdo con datos al momento de su cancelación.

Al sumar a los gastos de la cancelación del aeropuerto de Texcoco (280 mil millones de pesos), y el dinero que se erogó durante su construcción (135 mil millones de pesos) y el costo de la edificación del aeropuerto de Santa Lucía (98 mil millones de pesos) se sobrepasan los 500 mil millones de pesos.

Este es un cálculo conservador, habría que esperar que internamente la Auditoria Superior de la Federación precise la real pérdida en base a los datos duros que arrojaron las auditorias, pero en cualquiera de los casos, vemos como con el avance en la construcción de la terminal aérea de Santa Lucía, el presidente la presume como una de las mejores del mundo, a pesar que los malditos datos duros la presenta como de menor nivel que cualquier aeropuerto privado de las grandes capitales del mundo.

Santa Lucía representa un monumento a la corrupción, a la negligencia y a la estupidez, y cada avance que se da en su construcción nos recuerda el enorme boquete que representa la cancelación del NAIM para las finanzas públicas y el daño ocasionado al patrimonio a la Nación.

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