Los hallazgos encontrados en la validación de firmas que hizo el INE en torno a la revocación de mandato (RM), reflejan la cultura del fraude que prevalece entre Morena, PT, PVEM y sus operadores en los estados, quienes sin empacho alguno pusieron en la lista a difuntos y ciudadanos que fueron, obviamente estos últimos, los primeros sorprendidos al observar que su firma estaba en las listas de apoyo.
Cierto, vivimos en un país de cínicos en donde, por un lado se pugna por la honradez, la probidad y el respeto al Estado de derecho, y por otro se valen de todo, aunque sea ilegal, para conseguir sus objetivos.
No importan los medios, si lo relevante es conservar el poder.
Se entregaron firmas de 18 mil muertos, más de 990 mil apoyos son inconsistentes y 25 por ciento niega haber firmado la revocación de mandato.
Ante este timo, en lugar de denunciar a los tramposos, solo oímos reprimendas al INE y ataques contra los consejeros que han osado denunciar los hechos que los promotores de la consulta hicieron para alcanzar por lo menos 3 por ciento de la lista nominal de electores de por lo menos 17 entidades federativas, para que proceda la instalación de urnas el próximo 10 de abril.
En la plenaria de los senadores de Morena, fueron conminados a salir a las calles a promover la participación de la ciudadanía en la revocación de mandato; es decir, primero piden con las firmas que se vaya el presidente y luego votarán para que se quede.
Este galimatías, propio de un mundo bizarro, se desploma si tan solo la gente no sale a votar, ya que el resultado de la consulta popular será que todo se mantenga como dicta la Constitución, en donde se precisa que el titular del Ejecutivo federal deje el cargo el 30 de septiembre de 2024.
Ni un día antes, ni uno después, eso es lo que mandata la Carta Magna y se debe cumplir, lo demás es pirotecnia que se lanza desde Palacio Nacional para mantener el poder más allá de esa fecha.
En el proceso que realizó el INE para verificar la autenticidad de las firmas para la RM, se diseñó una muestra representativa de 850 domicilios y de los cuales 25 por ciento manifestaron no haber proporcionado su firma o huella para respaldar la petición, este descubrimiento no implica que sea vinculante la falsificación para sancionar a los transgresores, pero sí descalifica moralmente todo el proceso de recaudación de firmas.
Luego de los resultados de la validación hecha por la autoridad electoral, se desprenden varias lecturas y todas tienen que ver con que se trata de un ejercicio de ‘democracia participativa’ fraudulento y de toda una maquinación del gobierno que se mantendrá hasta las elecciones presidenciales de 2024.
Bajo lo que disponen las leyes respectivas, el INE tiene la obligación de llevar a cabo el ejercicio de RM hasta contabilizar los votos y deliberar la vinculación de los resultados y así se hará hasta el final.
En el camino de este proceso y hasta que el Congreso no emita una nueva reforma electoral que termine con la independencia y autonomía del INE; después de la RM, vendrán las elecciones en seis estados en donde se elegirán gobernadores, para luego, en una vertiginosa dinámica, pasar por los comicios del Estado de México y Coahuila en 2023 y después en el 24, llegar a la elección presidencial.
Lo hemos padecido hasta el cansancio, cuando se atraviesan elecciones todo se detiene y ello en detrimento de todos los mexicanos que ante la pugna entre los políticos, solo atisban a superar la crisis con lo que tengan a su alcance, porque de parte del gobierno solo recibirán atole con el dedo.