Desde San Lázaro

Suben gasolina, gas y alimentos por la guerra

Las próximas semanas se incrementará el subsidio que da el gobierno mexicano para conservar los precios de la gasolina y el gas en niveles que permitan que camine la economía.

Si antes del inicio de las hostilidades entre Rusia y Ucrania, los precios de la gasolina y del gas iban al alza, ahora existe la presión extra sobre esos energéticos en cuanto a su precio final al consumidor, por lo que para las próximas semanas se incrementará el subsidio que da el gobierno para conservarlos en niveles que permitan que camine la economía y se asegure la gobernabilidad.

Al ser Rusia un productor importante de petróleo y gas a nivel mundial, lo que ocurra en ese país tiene efectos al fijar los precios mundiales de productos que compra México, por lo que esto puede derivar en aumentos importantes en los precios de esos combustibles, como ya se ha estado observando.

Existe una fecha relevante para el gobierno de la autollamada 4T, y esa es el próximo 10 de abril, en la cual se llevará la consulta popular en torno a la revocación de mandato del presidente. Por este motivo, no existe la posibilidad de que el gobierno suelte el precio del gas y la gasolina antes de la primera quincena de ese mes.

Después de ese día y de continuar el conflicto bélico, seguramente no habrá capacidad económica del gobierno para seguir subsidiando los precios, en ese sentido se darán alzas graduales en los precios de todos los combustibles.

A través del estímulo fiscal por medio de la cuota del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) se le ahorra al consumidor en la gasolina Magna, en promedio, 5.49 pesos por litro; sin embargo, ante el aumento de los combustibles procesados a nivel internacional, las ganancias que recibe el país por el alto precio del petróleo en estos momentos, se diluye como agua entre las manos.

Las paradojas que ofrece Pemex: por un lado, los países productores de petróleo como México, viven tiempos de bonanza por la continua alza del ‘oro negro’, empero, al mismo tiempo por tratarse de un país importador de gasolinas, se tiene que pagar lo que establece el mercado que es en promedio, del orden de 1.27 dólares estadounidenses por litro.

En la Ley de Ingresos de la Federación para 2022 se estimó un precio del barril del petróleo en 55 dólares por barril; el día de ayer la mezcla mexicana ya reportaba un precio de hasta 88 dólares por barril.

Como importador de gasolinas y otros derivados de petróleo, el aumento en el precio tiene consecuencias en toda la economía mexicana, incrementando las presiones inflacionarias

De igual manera, al ser Rusia uno de los países denominados como graneros del mundo y al verse afectadas sus cosechas por la guerra, los precios, por ejemplo, del maíz y del trigo, tendrán un incremento que está supeditado precisamente a la evolución del conflicto.

Como se sabe, nuestro país es deficitario en la producción de esos cereales, buena parte del consumo interno se importa, lo que significa que se tendrá que pagar más por abastecer las necesidades del mercado nacional y en ello también va buena parte de los ingresos que capta el gobierno.

Si a lo anterior le sumamos la creciente inflación, la crisis del COVID-19 y el mal gobierno, pues estamos ante la tormenta perfecta que daña más a los sectores de la sociedad más desprotegidos.

La caída en la producción de granos de Ucrania o Rusia harán variar el precio mundial del trigo y del maíz, esto lamentablemente podría tener efectos muy malos en los bolsillos de las familias mexicanas, que no han terminado de recuperarse de los estragos del COVID-19. y que ahora podrían verse afectados porque el precio de la tortilla y el pan pudieran aumentar.

En materia presupuestal, si se estira la cobija para un lado, se descobija el otro. Veremos cuáles serán los rubros, sectores y programas que se afectarán para mantener el ritmo de las importaciones de gasolinas, gas y alimentos

Lo que sí es un hecho es que las tres obras insignia de este sexenio; Dos Bocas, Santa Lucía y Tren Maya, no se detendrán como tampoco el fondeo a los programas de política asistencial-electoral.

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