Desde San Lázaro

Jill Biden y Trudeau en Ucrania, AMLO en Cuba

Mientras que AMLO recibía condecoraciones del gobierno cubano el pasado fin de semana, la primera dama de EU, Jill Biden, se reunió con su homóloga ucraniana, Okna Slenska.

Los socios comerciales agrupados en el TMEC, México, Estados Unidos y Canadá, no están juntos en los momentos más difíciles, ya que, cuando Joe Biden y Justin Trudeau respaldan a Ucrania con acciones específicas, el gobierno de nuestro país prefiere concentrarse en Cuba.

Mientras que AMLO recibía condecoraciones del gobierno cubano el pasado fin de semana, la primera dama de EU, Jill Biden, se reunió con su homóloga ucraniana, Okna Slenska, en un plantel escolar que se utiliza como refugio para civiles desplazados, entre ellos niños.

En tanto, Trudeau visitó la ciudad de Irpín, devastada por los combates. El primer ministro canadiense se reunió con el presidente Zelenski.

López Obrador se ha colocado del lado equivocado de la historia, no solo al desdeñar los llamados de la Casa Blanca para condenar la guerra en Ucrania y sumarse al boicot comercial contra Rusia, sino en visitar y apoyar al sátrapa de Miguel Díaz-Canel, presidente cubano, quien tiene postrados a los cubanos bajo la bota de una de las dictaduras más crueles de los siglos XX y XXI.

AMLO no ha medido las consecuencias de sus actos, al desafiar a Joe Biden con alinearse a un grupo de países agrupados en el Foro de Sao Paulo acusado principalmente, entre otros objetivos, de “desestabilizar las democracias de América Latina”.

Más allá de las filias y fobias que pudiera tener López Obrador, diremos, como premisa fundamental, que los pueblos de Cuba, Estados Unidos, Ucrania, Rusia y por supuesto, México, están unidos más allá de sus gobernantes y de las posturas políticas que representan.

Ningún gobierno democrático del mundo avala la barbarie y sistemática violación de los derechos humanos que a diario se cometen en Cuba. El presidente López Obrador lo ha hecho y con ello quedó estigmatizado.

Las alabanzas entre dictadores es vituperio a la democracia y a las libertades.

“Dime con quién andas y te diré quién eres”, dice el refrán y ello se puede aplicar en la relación personal e institucional que existe entre los mandatarios de México y Cuba.

El gobierno de AMLO debió acompañar a sus homólogos de Estados Unidos y Canadá en la cruzada en contra de la invasión rusa a Ucrania con medidas tangibles que consideren, incluso, el bloqueo comercial

La molestia, por decirlo de manera sutil, que prevalece en los altos círculos del gobierno de Joe Biden contra la proclividad de AMLO hacía regímenes dictatoriales, se verá reflejado en las próximas semanas en la relación bilateral, en donde la migración y el combate al crimen organizado están en su punto más álgido.

Los expedientes que tiene la DEA sobre la exponencial actividad de los cárteles de la droga mexicanos y su vínculo con diversos funcionarios de altísimo nivel del gobierno mexicano, pronto saldrán a la luz, principalmente algunas hebras de esa madeja que se enreda y mucho del lado sur del río Bravo.

Lo más grave de todo es la afrenta que se ha hecho al pueblo cubano con el apoyo brindado a la dictadura.

En política no hay casualidades y por ello ha sido más escandaloso el hecho de que, mientras unos condenan la guerra, otro, en cambio, apapacha al tirano.

Generoso y magnánimo, AMLO realizó su primera gira internacional a Centroamérica y el Caribe, llevando un grueso cargamento de dinero, atención médica y toda clase de dádivas provenientes de los impuestos de los mexicanos.

Sin autorización expresa del Congreso para regalar los recursos presupuestales, el tabasqueño dispuso de recursos de los programas de política social-electoral, además de abrir las puertas del IMSS para atender a 25 mil guatemaltecos y beliceños, sin considerar que ese instituto está rebasado por la demanda de miles de pacientes mexicanos, que en el mejor de los casos son atendidos postrados en los pasillos y con una atención medica deficiente.

Ahora que el IMSS-Bienestar es la nueva bandera para remediar el colapso del sistema de salud de la 4T, a lo que desde ahora se augura otro fracaso, se le ocurre al presidente mexicano extender su cobertura a Centroamérica.

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