Se hunde el barco de la coalición Va por México por una pesada carga que los arrastra al fondo y los capitanes no se han enterado que están a punto de hacer agua.
Así es, tanto Marko Cortés como Jesús Zambrano, en lugar de apuntalar el proyecto opositor rumbo a las elecciones del Estado de México, Coahuila y en 2024 la presidencial, se duermen en sus laureles al padecer la debacle que vive el PRI por mantener su alianza con Alejandro Moreno.
Conforme a los resultados de la encuesta de El Financiero publicada el día de ayer, la alianza PAN-PRI-PRD cayó 5 puntos porcentuales con respecto a la medición efectuada durante los últimos tres meses, lo que representa una seria advertencia sobre lo que se avecina para el próximo año.
En momentos en que las pláticas entre las fuerzas opositoras se intensifican en torno a los comicios de 2023 en Edomex, los estudios demoscópicos dan cuenta de la pérdida en las preferencias electorales que ha tenido esa coalición.
Por tercer mes consecutivo, estos tres partidos políticos padecen una merma significativa del apoyo ciudadano al bajar de 41 a 36 por ciento entre abril y julio, en tanto Morena y sus aliados subieron en la misma proporción al pasar de 46 a 51 por ciento en el mismo lapso.
Por si alguien tenía dudas sobre el impacto negativo que ha tenido el PRI por los escándalos de su presidente, aquí se presenta una prueba que remarca el daño y que seguramente continuará acentuándose con el tiempo.
Lo hemos dicho varias veces, Alito es insostenible en el cargo en virtud de que, en lugar de sumar al proyecto político que representa, le resta posibilidades ya no digamos de triunfo al PRI en el Estado de México y por supuesto en la elección presidencial, sino que pone en riesgo su registro y prerrogativas.
Diría Alfredo del Mazo, gobernador mexiquense, ‘y yo qué culpa tengo de que pierda terreno el PRI nacional’, empero ese retroceso en las preferencias electorales le resta posibilidades a su candidata para sucederlo y ello seguramente lo tiene altamente preocupado.
Así como varios expresidentes del PRI piden la dimisión de Alito, legisladores y liderazgos locales levantan la voz para que no se retrase su salida.
El empecinamiento por mantenerse al frente de los tricolores por parte de Alejandro Moreno no se entiende, y más ahora que se comprueba que con los resultados de las encuestas no aporta nada al proyecto político que encabeza, por el contrario, lo perjudica y de grave manera.
Los frentes que tiene Alito abiertos van desde el terreno judicial por las grabaciones telefónicas que ha filtrado Layda Sansores, hasta el malestar de sus correligionarios por las derrotas electorales padecidas en los comicios en donde han disputado 11 gubernaturas y en las que el PRI ha perdido todas con el campechano.
Desde el Senado, la bancada tricolor se resiste a seguirle el juego a Alito en cuanto a bloquear toda iniciativa proveniente de Morena y del presidente de la República, ya que con esa parálisis legislativa no se logra nada para la población y menos aporta al debate nacional.
Alejandro Moreno cada vez se queda más solo, ya que incluso algunos de sus compinches, en privado, alientan su salida, aunque en público se desviven en halagos.
Los senadores Miguel Ángel Osorio Chong y Claudia Ruiz Massieu advierten que de empecinarse Alito en mantenerse en el cargo, no solo promoverán diversas acciones en los órganos de control del partido, sino que irán ante las instancias del tribunal electoral y del INE para removerlo.
Al final del día, lo que pase con los cuadros de dirección del partido es irrelevante, lo importante es qué tanto aporta el PRI en la alianza de oposición y de acuerdo a las encuestas, está resultando un pasivo muy alto en sus aspiraciones político-electorales, ya que no solo se hunde el PRI, sino también lo hacen el PAN y lo que queda del PRD.
En política cuando se pierde un espacio, de inmediato lo ocupa otra fuerza política y en este caso, tanto Morena como Movimiento Ciudadano están capitalizando los yerros de la alianza.