Desde San Lázaro

AMLO no gana Edomex por la buena

Mientras que López Obrador se va con la finta contra Peña Nieto, el priismo mexiquense cierra filas en torno a su gobernador y ello tiene muy preocupado al presidente.

El presidente López Obrador sabe que no podrá tentar a Alfredo del Mazo, gobernador mexiquense, con una embajada o un cargo en la administración federal como lo hizo con algunos de los exgobernadores priistas, y también está consciente del hecho de que Delfina Gómez puede sufrir su segunda derrota electoral en la elección de la entidad con el mayor padrón electoral.

No obstante que la extitular de la SEP va arropada por Morena, PVEM, PT y Nueva Alianza, se enfrentará al bloque opositor, conformado por PRI, PAN y PRD y que, aunque en estos momentos no han formalizado la alianza, lo cierto es que llegarán cohesionados a la elección.

Por las buenas, AMLO tiene pocas posibilidades de ganar la elección del Estado de México, en virtud de que existe un claro rechazo de los mexiquenses a su gobierno, hecho que se refleja en los antes llamados corredores azules y amarillos, en donde de acuerdo a las encuestas no cucharadas, no tiene las preferencias electorales.

El dedazo en favor de Delfina dejó abiertas las heridas de la militancia de Ecatepec y de otros municipios densamente poblados.

Ante este escenario adverso, desde ahora se instrumenta una campaña política-judicial contra el priismo mexiquense, pero particularmente contra quien AMLO considera su enemigo a vencer, Enrique Peña Nieto, porque piensa que el expresidente está moviendo los hilos en la sucesión de Alfredo del Mazo y en esta lógica se explica revivir el caso de Ayotzinapa con el pueril argumento de que fue un crimen de Estado, cuando en realidad fue la intervención del crimen organizado coludido con autoridades y policías municipales de Iguala (léase, José Luis Abarca, quien en ese entonces era presidente municipal y quien estuvo financiado por Morena) y algunos militares.

La detención del exprocurador general de la República, Jesús Murillo Karam, responde a esta lógica y no tanto a su teoría de la verdad histórica, que por más que se quiera torcer la realidad, el resultado es incontrovertible.

Los estudiantes de Ayoztinapa fueron víctimas del crimen organizado por el trasiego de droga, al ubicarse en el lugar y el momento equivocados y con ello firmaron su sentencia a manos de los criminales.

Pero esto qué importa cuando se trata de ganar la elección del Estado de México y luego la presidencial, si al fin y al cabo lo relevante es mantener el poder, ya que “si nos tardamos 18 años en llegar poder, cómo lo vamos a soltar en solo seis años”.

Lo hemos dicho hasta el cansancio, Andrés Manuel no va a soltar el poder aunque pierda en las urnas o en los tribunales, tiene toda una estrategia de ‘resistencia civil’ para evitar ponerle la banda presidencial a alguien ajeno a su proyecto político. Por eso desde que se le nombró presidente electo se ha encargado de consolidar la presidencia imperial con la eliminación de contrapesos al Poder Ejecutivo, al tiempo de fortalecer la militarización del país y conformar alianzas con grupos que operan al margen de la ley.

Desde luego, su estrategia de política social está orientada a regalar dinero público a cientos de miles de beneficiarios que como ‘contraprestación’ están obligados a salir a las calles para defender a su benefactor.

Los comicios de la entidad mexiquense son la piedra angular para que tenga éxito su proyecto hegemónico de largo plazo, por ello no escatimará ningún recurso para garantizar su victoria, aunque para ello tenga que torcer la ley para judicializar sucesos que son del dominio público y que no admiten el manoseo judicial.

Así las cosas, lo que está claro es que el gobernador Del Mazo no solo no entregará la plaza, sino que se apresta a defenderla con todo y como pleno responsable de ello, teje fino en varias pistas; con el PAN y el PRD en el diseño del proceso que permitirán seleccionar al candidato de la coalición Va por México; en establecer un control férreo en el priismo estatal para que nadie se le salga del huacal; en tomar la decisión correcta para elegir la candidata más competitiva entre Ana Lilia Herrera y Alejandra del Moral, aunque para sus allegados la decisión está tomada en favor de la actual diputada federal.

Así es, de acuerdo a varias encuestas, Ana Lilia está colocada muy arriba de su correligionaria, además de que su trabajo en tierra que ha hecho en las cinco elecciones para cargos de representación popular en las que ha participado en donde no ha sido derrotada, le da un hándicap que nadie tiene en la entidad.

Como se aprecia, mientras que López Obrador se va con la finta con Peña Nieto, el priismo mexiquense cierra filas en torno a su gobernador y ello tiene muy preocupado al presidente.

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