Empieza la guerra electoral por la gubernatura de la entidad que tiene el padrón electoral más grande del país, hablamos por supuesto del Estado de México, en donde el PRI se apresta a defender uno de los dos bastiones que se mantienen bajo su égida.
Diremos que tanto los oficialistas como el bloque opositor ya están conformados, si bien no legalmente, sí en los hechos en virtud de que ya prácticamente está amarrada la alianza entre Morena con el Partido de Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y se espera que también se sume Nueva Alianza (NA), que mantiene su registro en ese estado.
En el bando contrario, las dirigencias nacionales y estatales de PRI, PAN y PRD ya limaron asperezas y también se aprestan a formalizar su coalición para acompañar a la exsecretaria de Desarrollo Social, Alejandra del Moral, en su intento de ganar la elección.
Entonces, veremos un duelo entre mujeres y con ello, por primera vez, el Estado de México será gobernado por una fémina, ya que Delfina Gómez buscará entregarle buenas cuentas al presidente López Obrador arrebatándole al PRI la gubernatura mexiquense.
En tanto, Alejandra del Moral considera que tiene los tamaños para mantener la hegemonía tricolor.
Más allá de las capacidades de ambas políticas, y que por cierto son muy limitadas, diremos que atrás de ellas existe toda una maquinaria electoral con los suficientes arrestos para ganar los comicios. Por un lado, está el poderío federal, que es vasto y poderoso, tanto en recursos institucionales y políticos, como en cash; y por otro, está todo el aparato estatal para dotar de lo necesario a su candidata para garantizar la victoria.
El quid del asunto es el papel que jugará el gobernador Alfredo del Mazo en cuanto a su lealtad y compromiso con el Revolucionario Institucional, o si de plano cederá la plaza a cambio de una embajada como ya ocurrió con otros mandatarios del tricolor y del PAN.
Podríamos hablar de un gran número de factores que incidirán en el resultado, como la intervención del crimen organizado o la guerra sucia que ya comenzó, pero lo más relevante es sobre el comportamiento del último miembro de una estirpe familiar que ha gobernado con tres de sus miembros y me refiero a Alfredo del Mazo Maza.
En este momento, diremos que Delfina Gómez arranca con una ventaja marginal en las encuestas, empero con el paso de las semanas y si ninguna de las dos aspirantes cometen yerros mayúsculos, se cerrará esa diferencia para llegar prácticamente iguales a la elección del próximo domingo 4 de junio.
Desde luego, hay un factor incontrovertible que trae arrastrando la maestra Gómez y es la estela de corrupción acuñada por la retención de diezmos para la causa morenista, de los salarios de los trabajadores del municipio de Texcoco.
En torno a ambas candidatas, Delfina y Alejandra, se han aglutinado diversos liderazgos locales, aunque el equipo de la alfil del gobernador Del Mazo presenta mejores cartas credenciales con personajes que tienen más trabajo de campo, como Ana Lilia Herrera, quien luego de ser maltratada en el destape de Del Moral, se aclararon paradas y se prestó a apoyar a la candidata de los aliancistas.
Hay que comentar que varios miembros de Morena que están gobernando varios municipios en el Edomex han decepcionado a los electores, por lo que habrá un voto de castigo contra ese partido.
Desde luego, la gestión del gobernador para una buena parte de sus paisanos ha sido desastrosa, empero el control de la estructura partidista es de tal nivel, que todavía puede garantizar la victoria.
Por lo pronto, la guerra de demandas ante las instancias electorales por supuestas irregularidades de sus candidatas ya empezó. Hace unos días, el cínico de Mario Delgado, pastor de los morenistas, presentó una denuncia formal ante el Instituto Electoral del Estado de México por los más de 300 espectaculares y 200 anuncios exteriores en transporte público de Alejandra del Moral.
Decimos que Mario Delgado es un impúdico porque, por un lado hace esta denuncia, pero se queda callado ante los cientos de espectaculares que se colocaron en todo el país para apoyar a Claudia Sheinbaum, en su sueño guajiro de ser candidata presidencial.
En esta guerra de estiércol veremos de todo, porque para nadie es un secreto que para el presidente López Obrador es fundamental ganar las elecciones en este estado, para llegar con la inercia ganadora a los comicios presidenciales de 2024.
Aunque no necesariamente quien gane el Estado de México tiene asegurada la presidencia de la República, tal como sucedió en 2017, cuando Alfredo del Mazo triunfó, pero un año más tarde ganó AMLO.