La orden presidencial se cristalizó con la intervención del titular de la Segob, Adán Augusto López, quien reunió en el Palacio de Covián a la mitad de los gobernadores de Morena para conminarlos no a trabajar en favor de la gente, sino para apoyar a las cuatro corcholatas que buscan la candidatura de ese partido a la presidencia de la República en 2024.
Cuando se esperaba que el llamado era para jalarle las orejas a todos porque están reprobados en el tema de la seguridad pública, salió el secretario de Gobernación a ordenarles que deben de apoyar a las corcholatas por igual, por lo que de inmediato la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, presente en la reunión, esbozó una sonrisa burlona, pensando en Ricardo Monreal, con quien trae un pleito a muerte y dijo “sí, cómo no”.
Cuitláhuac García, mandatario de Veracruz, pensó “y tus tamales de qué los quieres”, porque para nadie es un secreto que la gran mayoría de los mandatarios morenistas están con Claudia Sheinbaum.
A pesar de que el presidente López Obrador insiste hasta el cansancio en que el piso debe ser parejo para todos y que los dados no están cargados, la verdad es que la nomenclatura morenista comandada por los radicales o los duros incrustados en el primer círculo de colaboradores del presidente, no oculta su preferencia por la jefa de Gobierno.
Es a tal nivel ese favoritismo, que esos mandatarios ordenaron a sus diputados federales financiar la campaña denominada #EsClaudia, con la contratación cientos de espectaculares a lo largo de todo el territorio nacional.
Mientras que a los ordenamientos electorales se los pasan por el arco del triunfo, ya que no se puede promover a servidores públicos y mucho menos efectuar actos o eventos anticipados de campaña con recursos públicos, a Claudia Sheinbaum y simpatizantes, les vale un cacahuate, y ya sea velada o abiertamente, apoyan a la señora de la cola de caballo.
El escrito que se les envió a todos los gobernadores oficialistas por parte de Mario Delgado, es un mea culpa de violación a la ley electoral, por lo que no le extrañe, estimado lector, que el INE y el Tribunal Electoral anuncien sanciones por ese texto.
Otro elemento de la misiva y que llama poderosamente la atención, es precisamente la incorporación oficial de Ricardo Monreal como la cuarta corcholata, ya que hasta hace unas semanas estaba defenestrado por AMLO y por la cúpula de Morena, por lo que los malpensados andan diciendo que en el fondo el líder de los senadores morenistas, solo fingió ser un disidente, pero que en la realidad, sigue plegado a los designios del principal huésped de Palacio Nacional.
Resulta muy extraño que, luego de ser atacado por el fuego amigo, ahora ya lo suman en la lista de los “cuatro magníficos” y aunque no tiene ninguna posibilidad de ganar, está considerado como un miembro prominente de los oficialistas.
El hecho llama la atención porque el plan B de la reforma electoral está en un impasse, empero ya no tarda en activarse mediante un periodo extraordinario en el Congreso, aunque para el bloque opositor de legisladores, el tema se discutirá hasta que inicie el próximo periodo de sesiones a partir del 1 de febrero.
En cualquiera de los casos, el papel que jugará la cuarta corcholata será relevante, aunque en el fondo por tratarse de serias violaciones al orden constitucional, el plan B de la reforma electoral de AMLO terminará en la Suprema Corte de Justicia de la Nación y ahí las cosas ya cambiaron con el arribo de la ministra Norma Piña a la presidencia del tribunal constitucional.
Parece ser que el caballo de Troya no fue para pulverizar a Morena, sino fue contra la oposición, que varios de sus miembros, incluso candidatearon a Ricardo Monreal como el bueno a la jefatura de Gobierno de la CDMX y otros, los más ilusos, lo señalaron para la grande.
El punto importante es que ya el presidente ha jugado todas sus cartas para la sucesión presidencial, aunque para algunos, falta incorporar al quinto elemento, que es un familiar del propio presidente.
En una carrera demasiada anticipada y con varios morenistas de punteros, el caballo negro de la oposición todavía está en los establos y como van las cosas, será difícil tenerlo a punto para que con un cierre fantástico alcance la victoria en 2024.