Dirán misa Dante Delgado y sus huestes de Movimiento Ciudadano, pero la verdadera razón de que hayan abandonado la plaza del Estado de México, es simple y sencillamente porque no les llegaron al precio para —como ocurrió en la elección para gobernador de 2017— entrar en la disputa electoral para restarle votos a Morena.
La dimisión de Movimiento Ciudadano, le abrió la puerta del Palacio de Gobierno en Toluca, a la abanderada de Morena, PT y PVEM.
En la elección en donde ganó Alfredo del Mazo la gubernatura, hace ya casi seis años, Juan Zepeda, candidato perredista en ese entonces, hizo un extraordinario papel, a tal nivel que alcanzó más votos que el PAN y por supuesto, le restó votos a Delfina Gómez, los suficientes para impedir que se alzara con el triunfo.
En esos comicios, Del Mazo tuvo 2 millones 40 mil 709 votos, mientras que para Delfina Gómez fueron 1 millón 871 mil 542 votos y en una hazaña, Juan Zepeda alcanzó 1 millón 84 mil 571 votos como candidato del PRD.
Como fácilmente se aprecia, si Zepeda hubiera abandonado en aquel momento a sus adeptos, la maestra Gómez hubiera sido la gobernadora.
Ahora, en 2023, las cosas cambiaron radicalmente, a tal grado que Zepeda se larga por la puerta de atrás y el gobernador se resigna a entregar el gobierno estatal a la oposición y con ello perder el principal bastión del priismo a nivel nacional.
El propio Del Mazo les hizo el feo a MC al mantenerse al margen de la elección y con ello, le está dando paso a Delfina para que se convierta en la primera mandataria del Estado de México.
Los pueriles y absurdos argumentos que esgrimió Dante Delgado para justificar lo injustificable, solo sirven para ratificar la versión de que no les llegaron al precio. Eso de que abandonen una plaza en donde tienen un buen número de simpatizantes, aduciendo que el PRIMOR ya pactó para que la candidata de Morena y rémoras suceda a Alfredo del Mazo, es motivo suficiente para que la militancia exija cuentas a Dante.
La realidad es que eso de partir la elección en dos opciones, solo favorece a la candidata del partido oficial y ratifica el contundente hecho de que el último gobernador de la estirpe delmazista, ya entregó la plaza.
Existen demasiadas evidencias sobre el compromiso que hizo el gobernador mexiquense con el presidente López Obrador en el sentido de que no metería las manos para apoyar con recursos económicos y humanos a Alejandra del Moral y lo está cumpliendo.
Para nadie es un secreto que una elección de gobernador requiere cash para ganarla y ello lo saben el INE y el Tribunal Electoral, a pesar de que por todos los medios tratan de evitarlo, lo cierto es que sin el recurso económico es imposible ganar, a menos de que exista un candidato o una candidata con el arrastre suficiente para mover el voto ciudadano.
La candidata de los aliancistas conformada por PRI, PAN, PRD y Nueva Alianza, Alejandra del Moral, se ha movido como ha podido y ahora que empiecen las campañas el primero de abril, solo tendrá a su disposición los recursos etiquetados que le dará el organismo electoral a estos partidos y párele de contar.
Ni siquiera el PRI nacional, comandado por ahora por Alejandro Moreno, le daría apoyos extras a los que ha dado a otros candidatos a gobernador en otras elecciones, es decir, nada.
El anuncio de que los emecistas tampoco presentarán candidato en Coahuila, habla que en esa plaza, el partido de Dante no hizo la chamba y por ello, no tuvieron posibilidad de nominar algún connotado personaje de la sociedad coahuilense que pudiera darles un rango de votos por encima del 1 por ciento que tienen ahora.
Hay que decirlo, Movimiento Ciudadano está inflado con aire y las expectativas que tienen en 2024, son nimias en cuanto a la elección presidencial.
Se habla que sus gobernadores, Enrique Alfaro, de Jalisco y Samuel García, de Nuevo León, podrían abanderar la causa de Movimiento Ciudadano, empero si bien es cierto que gozan de la simpatía de sus coterráneos, no tienen el alcance nacional para ser siquiera competitivos.
Cierto, está Luis Donaldo Colosio Riojas, alcalde de Monterrey, quien con su apellido y con los resultados que presenta su gestión, le podría dar para jalar las simpatías de la sociedad civil, aunque debería ir acuerpado por personajes de talla nacional.
Dante dio un grave paso en falso al dejar tirados a sus militantes del Estado de México y de Coahuila, al mandar un mensaje incontrovertible a los votantes sobre la inconsistencia de un proyecto que está sujeto al capricho de un cacique y no de un partido político que se estime serio, responsable y comprometido con las causas superiores de México.