Las acciones de injerencia del gobernador de Nayarit, Miguel Ángel Navarro Quintero, sumadas a la represión y acoso de su policía contra el magisterio, en las elecciones sindicales, fracasaron en el intento de apropiarse de las secciones del SNTE, ya que no logró inhibir ni “conducir” el voto de maestras y maestros.
Las secciones sindicales 20 y 49 del SNTE en Nayarit renovaron sus comités ejecutivos en el marco de un proceso en el que se desbordó en cuanto a la participación de los maestros, que decidieron acudir a los centros de votación y ejercer su derecho, a pesar de las adversidades propiciadas por el desgobierno de Navarro Quintero.
En ambos casos, obtuvieron el triunfo las planillas encabezadas por mujeres y afines a la dirigencia nacional a cargo de Alfonso Cepeda Salas, con un discurso pro defensa de la autonomía sindical, derrotando a las dos planillas inducidas, patrocinadas y financiadas por el gobierno estatal.
En el proceso de la sección 49, participó más de 71 por ciento del padrón de trabajadores de la educación y obtuvo el triunfo la planilla encabezada por la maestra Irma Alicia Peña Arcadia, quien consiguió 61 por ciento más de votos que los obtenidos por la planilla gubernamental.
Mientras que en la sección 20, los electores eligieron a la planilla cuya titular es Guillermina García Rodríguez, con 75 por ciento de la votación, más del triple de los alcanzados por la planilla gubernamental, que obtuvo solo 21 por ciento de la votación emitida válida.
En un balance del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE), que en días pasados declaró como enemigo público número uno a Navarro Quintero, se afirma que “los maestros de Nayarit no se doblegaron ante los intentos autoritarios, rudimentarios, coercitivos, manipuladores y casi facistas de Navarro Quintero”.
Tras la pandemia, en los últimos 18 meses, el SNTE ha renovado más de 35 secciones sindicales a lo largo del país, en el marco de la legislación laboral que establece el voto libre, universal, secreto y directo. Los trabajadores de base han decidido quiénes son sus representantes.
El Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje ha supervisado las elecciones sindicales y ha otorgado la consecuente toma de nota a las representaciones electas en procesos democráticos, conforme a lo establecido por la Constitución y la Ley Federal del trabajo, en todos los casos.
En ninguna entidad federativa se había presentado de manera tan burda, autoritaria e irresponsable el intento del gobierno estatal como en Nayarit, por apropiarse de las dirigencias sindicales.
El represor Miguel Ángel Navarro impulsó, ordenó y autorizó maniobras de intervención de las autoridades educativas locales, así como el despliegue de sus fuerzas de seguridad estatales, como lo han documentado el SNTE y la prensa local de la entidad, con testimonios, fotografías y videos.
Primero, fue la conformación de planillas progubernamentales, financiadas y apoyadas por la burocracia estatal; luego, el descaro de haber pretendido que la propia secretaria de Educación de la entidad formara parte de una planilla, pero se vio obligada a renunciar tras las denuncias del magisterio.
Fracasaron las planillas patrocinadas por el gobernador, la que compitió por la sección 49 y la planilla que buscó obtener la representación de la sección 20. Ambas planillas no solo no obtuvieron el apoyo, sino que fueron conformadas e impulsadas por órdenes de Navarro Quintero, en un intento de apoderarse del SNTE y despojar a las y los trabajadores de la educación de su derecho a elegir a sus representantes.
Según el balance sindical, fue este hecho el principal aliciente para que los trabajadores de la educación acudieran, de una forma tan contundente a votar (en promedio, más de 80 por ciento del padrón) rodeados por patrullas y personal uniformado que acosaba en los centros de votación.
En cualquier caso, la dirigencia nacional del SNTE afirmó que “las maestras y maestros de Nayarit callaron a Navarro Quintero, de manera cívica, emitiendo su voto, le dijeron que saque las manos del SNTE, que no traicione más al magisterio y a los nayaritas, que con la autonomía sindical no se juega y que más vale dialogar con una representación legítima que responde a sus agremiados que con subordinados sumisos que solo pueden propiciar desgobierno e inestabilidad”.
Navarro Quintero refleja resentimientos y rencores y sobre todo, se pasa por el arco del triunfo las instrucciones del presidente López Obrador, en el sentido de que en las elecciones sindicales debe haber un clima de civilidad, equidad, imparcialidad, transparencia, inclusión y de respeto real a la democracia y la autonomía sindical.
Este no es el único ámbito donde demuestra sus desatinos Navarro Quintero; su reciente manipulación del Congreso estatal para aprobar reformas al sistema de pensiones sin diálogo con los trabajadores estatales, lo coloca en la situación nada envidiable de estar contra el presidente, torpezas que ya llegaron al escritorio del secretario de Gobernación, Adán Augusto López.