A partir del primer minuto del 1 de abril arrancarán las campañas políticas en el Estado de México y Coahuila en la búsqueda de las gubernaturas de esas entidades, y por lo que se aprecia en estos momentos con claridad, es que Delfina Gómez le quitará el bastión más importante que tienen los priistas, mientras que Manolo Jiménez, candidato del PRI, PAN y PRD, camina tranquilo rumbo hacia la victoria.
Durante los próximos dos meses subirán de tono las hostilidades, particularmente en Edomex y aunque la candidata de Morena, PT y PVEM es muy vulnerable por la estela de corrupción que dejó en su paso por la SEP y el ayuntamiento de Texcoco, en donde se hizo célebre por hurtarle el 10 por ciento de sus sueldos a los trabajadores, tiene el triunfo en la bolsa, porque el gobernador Alfredo del Mazo simplemente dejó tirada a su suerte a Alejandra del Moral, ya que el gobierno estatal se mantendrá al margen de la elección en cuanto apoyos de todo tipo.
Si Enrique Peña Nieto cuando era mandatario estatal se hubiera comportado como lo hace ahora Del Mazo, éste no hubiera podido ganarle en ese entonces a la maestra Delfina Gómez. Esa es la cruda realidad, ya que mientras el hijo predilecto de Atlacomulco echó toda la carne al asador para que el PRI mantuviera la plaza, ahora el último de la estirpe delmacista ha renunciado a tal misión y ello representa, sin duda, que la coalición Va por el Estado de México, conformada por el PRI, PAN, PRD y lo que queda de Nueva Alianza, sufrirá una dolorosísima derrota con serias repercusiones para los comicios de 2024.
Se jacta Alfredo del Mazo de no haber metido las manos en las elecciones intermedias realizadas en territorio mexiquense en 2021, en las cuales los candidatos del PRI, PAN y PRD se alzaron mayoritariamente con la victoria, al tiempo de recuperar municipios que estaban en manos de Morena y sus aliados. Sin embargo, ello no corresponde totalmente a la realidad, ya que si bien es cierto que el góber se mantuvo al margen, la verdad es que los candidatos ganadores estaban que echaban chispas por la falta de apoyo del priista número uno de la entidad y hasta la fecha existe ese ánimo de animadversión contra el jefe del Ejecutivo estatal.
Salvo que la militancia de los aliancistas salga a rifársela en las calles y que la clase política priista que tienen la franquicia del grupo Atlacomulco, le metan billete y capacidades políticas a la campaña y los empresarios de abolengo que han crecido a la sombra del PRI y del PAN hagan lo mismo, pues diremos que la suerte está echada a favor de Delfina Gómez, más cuando Movimiento Ciudadano, de Dante Delgado, huyó como las “chachas”, favoreciendo a Morena.
Cierto, el rechazo al presidente López Obrador de las clases medias en la capital del país, se ha extendido a toda la zona metropolitana del Valle de México e incluso ya llegó a los municipios que gobierna Morena como Ecatepec, Nezahualcóyotl y todos los de la franja oriente de la entidad y ello, de suyo, complica que Morena y aliados tengan el camino despejado rumbo a la victoria.
En estos momentos se puede aseverar que Delfina va arriba en las encuestas, pero cualquier error personal o de su equipo o alguna “nefasta revelación”, así como algún desacierto mayor del presidente, o incluso de Claudia Sheinbaum, por la vecindad entre ambas entidades, los electores lo cobrarán el día de la elección.
Como un gran laboratorio electoral veremos al Estado de México, ya que por un lado estará operando toda la fuerza del gobierno federal para apoyar a la maestra Gómez, mientras que la sociedad civil y en general el “pueblo bueno” saldrán a las calles para impedir que Morena gobierne esa entidad y con ello, se multipliquen los problemas como el mismo avance del crimen organizado.
Como se aprecia en las encuestas serias que miden la popularidad de López Obrador, ya ni con las mañaneras mantiene los índices de popularidad, por ello, en Palacio Nacional se mantienen prendidas las alarmas ante la posibilidad de la derrota en el Estado de México.
En tanto, en Coahuila las cosas suceden al contrario, el candidato del PRI, PAN y PRD, Manolo Jiménez, camina sin despeinarse rumbo a la victoria, aunque ello no significa que haga confianza y se tire a la hamaca; al contrario, el joven candidato de los aliancistas comenta a quien quiera escucharlo que el exceso de confianza no corre por su ADN, por el contrario, saldrá desde el día uno de la campaña como si la contienda política estuviera empatada.
Ni aun agrupándose nuevamente Morena con el PT, es decir, el senador con licencia Armando Guadiana y Ricardo Mejía, podrían ganarle a Manolo.
Cierto, a través de encuestas cuchareadas el rey del carbón advierte que está muy cerca de su adversario priista, aunque la realidad es que está a dos dígitos.