Desde San Lázaro

Pierde Delfina y compromete el resultado de la elección

El nerviosismo, la inseguridad y sobre todo la falta de preparación predominaron en la noche negra del debate para la extitular de la SEP.

Luego de la vapuleada que le dio Alejandra del Moral a la candidata de Morena, Delfina Gómez y rémoras, en el primer debate de los dos que están pactados con la autoridad electoral del Estado de México, la maestra Gómez está buscando por todos los medios a su alcance, evitar este segundo escollo en sus aspiraciones por gobernar esta entidad.

El nerviosismo, la inseguridad y sobre todo la falta de preparación para la confrontación de ideas con su adversaria política, fueron las constantes que predominaron en esa noche negra, para la extitular de la Secretaría de Educación Pública.

No crea, estimado lector, que solo fue culpa de ella, también cargan con lo suyo su equipo de trabajo, que no obstante de tener el tiempo suficiente y la información, no anticiparon los evidentes ataques de que iba a ser sujeta su jefa, verbigracia, la acusación por haber retenido el 10 por ciento de los salarios de los trabajadores, cuando fue alcaldesa de Texcoco, y que merecía, por lo menos, una contestación que la dejara más o menos bien librada y al partido que la encumbró, empero, escupió para arriba al señalar que no fue ella, sino Morena, quien se vio beneficiado de ese indigno y corrupto acto.

Su equipo no operó en el posdebate, ese en donde se ganan los espacios de los medios de comunicación y de las redes sociales con las entrevistas de las candidatas y voceros, al tiempo de difundir los resultados de diversos sondeos en donde resultaban ganadoras.

Las reglas que acordaron para el debate, no prohibían llevar apuntes o material de apoyo que consideraran las debatientes, en ese sentido se observó cómo la abanderada de la coalición Va por el Estado de México, conformada por PRI, PAN, PRD y Nueva Alianza, se preparó a detalle, al llevar los textos básicos en torno a sus propuestas, los materiales gráficos necesarios y más que nada, se aprendió líneas discursivas para atacar, contratacar y defenderse ante argumentos como el que va abajo en las encuestas, a lo que reviró que las encuestas no votan el día de la elección.

En cambio, la abanderada de la coalición Juntos Haremos Historia, constituida por Morena, PVEM y PT, no hizo la tarea o si la hizo, no se notó.

Lo que dejó ver el debate es que, mientras una, la del PRI, está preparada y capacitada para gobernar la entidad más poblada del país y la que cuenta con el padrón electoral más grande; la otra, de Morena, está confiada en el padrinazgo político que le brinda el presidente López Obrador, quien no ha escatimado ni lo hará hasta el día de la elección, en apoyos de todo tipo, principalmente en cash y en operadores electorales provenientes de la CDMX, de Veracruz, Morelos, Guerrero y, por supuesto, del gobierno federal y uno que otro sindicato nacional.

Da pena cómo Delfina y su equipo han derrochado ese apoyo al no hacer la parte que les toca, en cuanto a emprender una campaña política con todo y los debates, a la altura de las circunstancias.

En contraparte, Del Moral, no obstante que el gobernador Alfredo del Mazo la dejó sola (ya que prefirió no meter las manos en la elección, a diferencia de lo que hicieron todos los exgobernadores priistas que ha tenido esa entidad, como Enrique Peña Nieto, que operó al límite de sus capacidades para que el último descendiente de la estirpe de mandatarios mexiquenses que ha tenido la dinastía delmacista, venciera en el 2017, precisamente a Delfina Gómez) va cuesta arriba y no obstante que las encuestas la colocan en segundo lugar, avanza hasta cerrar la brecha a un solo dígito.

Precisamente, hablando de Peña Nieto, cuando arrancó la campaña para gobernador del Estado de México en 2005, traía una desventaja contra el panista Rubén Mendoza, de 15 puntos, empero, merced a una campaña innovadora con el slogan “te lo firmo y te lo cumplo”, logró ganar la elección.

Eso es lo que está haciendo precisamente la expresidenta municipal de Cuautitlán Izcalli, innovar y prepararse para enfrentar el mayor reto de su vida.

Cierto, se enfrenta ante una elección de Estado en donde sus fortalezas personales no alcanzarán para derrotar a Delfina, por ello, es menester para su causa la convocatoria a participar de la clase política de la entidad, así como los empresarios que son fieles a la causa tricolor y a la de Acción Nacional.

Alejandro Moreno, líder nacional del PRI, también abandonó a Del Moral, ya que solo la alienta de dientes para afuera, pero en los hechos no está canalizando los apoyos económicos que requiere una campaña de esta envergadura, sobre todo cuando se trata de defender el bastión más importante que tiene ese partido a nivel nacional.

Sin estos apoyos, de la clase política y de los empresarios, Alejandra del Moral perderá, no obstante que es superior a su adversaria, no por falta de capacidad, sino porque no puede enfrentarse sola al “monstruo de las mil cabezas”.

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