La preocupación de una ruptura al interior de Morena y entre corcholatas, obligó al presidente López Obrador a diseñar un plan con aviesos propósitos para evitarla, al considerar casi todas las propuestas que puso sobre la mesa Marcelo Ebrard en torno a la elección del candidato presidencial, al tiempo de mantener el total control sobre el partido, de todos los gobernadores y líderes del Congreso del oficialismo.
La idea es evitar a toda costa que se dinamite su proyecto transexenal de establecer el obradorato con una sucesora a modo y en esta lógica, no tiene cabida el excanciller.
Las corcholatas están en campaña desde hace tres años, aunque una de ellas con mayor énfasis, tanto por el uso de recursos públicos y privados, como por incentivar la cargada del partido a su favor, me refiero a Claudia Sheinbaum, quien después de la catástrofe ocurrida en la elección de 2021 en donde perdió nueve de las 16 alcaldías de la CDMX, recibió todo tipo de apoyos del principal huésped de Palacio Nacional para mantenerla con vida política rumbo a 2024.
Ella arrancó antes que todos. Habría que recordar que el tabasqueño Adán Augusto López se incorporó al gabinete como secretario de Gobernación el 26 de agosto de 2021 y al principio de su gestión mantuvo un perfil muy bajo, hasta que el presidente López Obrador le instruyó a jalar todos los reflectores y apoyos, porque era considerado como una de las cuatro corcholatas.
Por su parte, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal se abocaron a cumplir con sus responsabilidades y con ello ‘llenarle el ojo al presidente’, sin embargo, no advirtieron que la jefa del Gobierno capitalino se aplicaba para tener mayor presencia mediática nacional, con el apoyo de un número cada vez mayor de gobernadores de Morena y del PVEM; además de aumentar su influencia en las redes sociales y usar las herramientas digitales como la conformación de granjas de bots, el uso de la 3WEB e incluso, de inteligencia artificial.
Las arcas capitalinas dan para eso y más, verbigracia, como financiar el acarreo para la revocación de mandato del presidente o para organizar conciertos masivos; cuantimás para promover una candidatura presidencial y en contraparte, las otras tres corcholatas estuvieron muy limitadas en eso del manejo y disposición del cash.
Con estos recursos a la mano, pues es natural que Sheinbaum se mantenga, dependiendo de la casa encuestadora, entre el primero y segundo lugares, aunque siempre acompañada por el extitular de Relaciones Exteriores y ante el anuncio de que las encuestas definitivas se levantarán en agosto, no es difícil augurar el resultado.
Las encuestas espejo, esas que levantarán otras cuatro casas especializadas en estudios demoscópicos y que serán propuestas por los aspirantes, tendrán que pasar por la santa inquisición de Morena, para elegir a aquellas que en su historial no se hayan pronunciado en contra de los diversos candidatos de este partido y allí también se establecerá otro control para dejar pasar a la favorita del presidente.
Es decir, no obstante que en apariencia se tomaron en consideración las inquietudes de Ebrard para hacer la selección del candidato más pareja e imparcial, la realidad es que, al final del día, los resultados de las encuestas se orientarán a apuntalar la decisión del presidente en favor de Sheinbaum.
Con el acuerdo signado por el jefe del Ejecutivo y toda la nomenclatura morenista, incluyendo las cuatro corcholatas y dos quitapones, —léase Gerardo Fernández Noroña y Manuel Velasco—, se pusieron diferentes candados para que nadie busque otro partido político que lo postule como candidato presidencial y menos, caer en la tentación de crear un nuevo instituto político.
Con esta jugada de tres bandas, AMLO se curó en salud para, por un lado, darle un toque de imparcialidad al proceso de selección; y por otro, asegurar la unidad y el control de daños con premios de consolación para aquellas corcholatas que no se vieran favorecidas por el dedazo presidencial, perdón por las encuestas.
A finales de agosto, se conocerá al ganador de las encuestas y se espera que el 6 de septiembre se haga público el destape del candidato, para ese entonces, ya también el bloque opositor conformado por el PAN, PRI, PRD y el Frente Cívico Nacional, estará en la recta final para elegir a su candidato, quedando pendiente Movimiento Ciudadano, que ya anunció que será el próximo 5 de diciembre cuando salga el humo blanco de las chimeneas naranjas.
Es decir, si pierde Marcelo Ebrard y si descubre que al final del día todo fue una celada para sacarlo de la jugada y si quiere seguir en la rebatinga por el poder, solo tendría una opción para seguir adelante y estar en la boleta presidencial, esa sería la franquicia propiedad de Dante Delgado.
Seguramente, muchos dirán, entre ellos el oficialismo, que esta tesis del complot contra Ebrard es una mafufada de este reportero, pero advirtiendo la perversidad de los principales protagonistas de la crónica de un destape simulado, no es descabellada ni inviable.