En el evangelio se da cuenta de la multiplicación de los panes por un milagro atribuido al creador. En el gobierno de la 4T se habla de mantener los ingresos y al mismo tiempo subir el presupuesto para el próximo año, aunque se insiste en que no se subirán los impuestos ni se crearán nuevas tasas impositivas, además de que no se “contratará un peso de deuda como se ha hecho en los últimos cinco años”.
Vayamos por partes, en un abrir y cerrar de ojos ya pasaron casi siete meses del año y con ello se avecinan tiempos definitorios en política y en materia del Paquete Económico para 2024, por tratarse de un año electoral, en el cual se realizará la elección presidencial, ya los jilgueros de la 4T anuncian que no habrá nuevos impuestos, ni incrementos a los ya existentes y que los bienes y servicios que vende el Estado se mantendrán con los precios actuales.
Lo que no explican es de dónde van a sacar los dineros que resulten del diferencial entre los ingresos y el Presupuesto, ya que los gastos van a ser por mucho más de los que se designó en 2023, por el incremento en el pago de pensiones, deuda y sus intereses, así como para cubrir las ocurrencias de ya “saben quien”. Los egresos subirán en promedio 25 por ciento de lo que se devenga ahora.
Ya amenazó el coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, Ignacio Mier, que en el Presupuesto del siguiente año se privilegiarán los programas sociales con un incremento del 25 por ciento, destacando el aumento a las pensiones de los adultos mayores.
Por si fuera poco, el autodidacta que se formó alejado de las aulas universitarias, aseveró que no se va a recurrir a la deuda y sostuvo que “no va a haber un solo peso de deuda por quinto año consecutivo, cuando en realidad ha sido creciente el monto autorizado por el Congreso en materia de contratación de nueva deuda, que en este año, y de acuerdo al acumulado, será de 49.9 por ciento del PIB.
Si el jefe mayor es un mentiroso por antonomasia, pues qué se puede esperar de sus achichincles, que, para que los volteen a ver desde Palacio Nacional, se avientan cada puntada como la pronunciada por Mier, quien por un lado asegura que el gobierno tendrá los mismos ingresos, pero que el Presupuesto se incrementará de forma exponencial, aunque ya no explicó de dónde diablos sacarán la diferencia que falta, ya que sin ingresos excedentes por la vía de los impuestos y menos por el petróleo y por contratación de nueva deuda, pues no hay forma, a menos de que expropien algún bien privado o implementen algún esquema populista.
Si las tres obras insignia del presidente resultaron un barril sin fondo por los sobrecostos que tienen al día de hoy sin operar a plena capacidad, como el aeropuerto Felipe Ángeles, o sin funcionar, como la refinería Dos Bocas que después de haber sido inaugurada hace más de un año, no ha refinado un barril, y el Tren Maya, que, además de devastar la selva del sureste mexicano, se ha convertido en el monumento a la opacidad y corrupción; ah, pero eso sí, pronto, muy pronto veremos cómo un “trenecito” con cuatro vagones hará su primer recorrido por la vía del ecocidio para mostrar al pueblo sabio y bueno que ya funciona.
Lo hemos dicho hasta el cansancio, las finanzas públicas están al borde de la quiebra, arrastradas por la ineptitud y las ocurrencias, como el pretendido rescate de Petróleos Mexicanos y con políticas públicas de hace varias décadas en donde el gobierno tenía el monopolio del oro negro.
La prioridad para AMLO es mantenerse en el poder mediante interpósita persona y por ello, es capaz de realizar cualquier cosa por extrema que parezca para lograr este propósito.
Si usted, estimado lector, no entiende alguna jugada de López Obrador, entonces tan solo hay que pasarla por el crisol de la sucesión presidencial y entenderá su objetivo.
En el año de la madre de todas las elecciones, por supuesto que no harán nada que exacerbe aún más el ánimo de la población y menos de los contribuyentes, que son los que generan riqueza y mantienen los programas de política social-electoral de AMLO, por eso no subirán los impuestos ni crearán nuevos, pero de eso a que no contratarán ningún peso de deuda, es una de las mentiras más infames de la gestión del tabasqueño.
Hay que recordarle al diputado Mier que tan solo para este año, el Congreso autorizó hasta 1.1 billones de pesos de deuda pública interna y casi 5 mil 500 millones de dólares de deuda externa.
La deuda neta del gobierno federal al primer trimestre de 2023 fue de 11 billones 658.6 millones de pesos y para finales del año, la deuda en su medida más amplia, se ubicará en 49.9 por ciento del PIB.
Vivimos en un país en el cual para compensar la falta de ingresos propios, contrata deuda a un ritmo creciente, y con Andrés Manuel López Obrador se ha incrementado y de no variar esta tendencia, será el presidente que más haya endeudado a México en este siglo.