Por ejercer su autonomía e independencia, el Poder Judicial de la Federación y el INE tendrán un serio recorte presupuestal para el próximo año, porque esta es la única manera que tiene el presidente de cobrar revancha por los agravios “de la oligarquía, los conservadores y los jueces corruptos”, fantasmas en donde encasilla a estas dos instituciones.
Para lograr su venganza ya instruyó a sus legisladores lacayos, representados principalmente por el autodidacta Ignacio Mier para que la guadaña legislativa cercene una buena parte de su presupuesto, sin importar que con esos recortes queden áreas operativas sin funcionar, pero eso qué importa, si de lo que se trata es de tenerlos bajo su látigo.
Desde el púlpito de la mañanera ya amenazó el presidente para que al INE se le recorten 10 mil millones de pesos a su propuesta de incremento presupuestal del próximo año, que es del orden de 23 mil millones de pesos, y al Poder Judicial un recorte directo de 25 mil millones de pesos, ya que si fuera por él, desaparecería a uno de los tres poderes de la Unión, total, “no sirven para nada” y en cuanto al Instituto Electoral se está dando cuenta de que el caballo de Troya que metió a ese organismo —léase Guadalupe Taddei—, pues no le basta para tener el total control del Consejo General y por ello arremete con todo, en el entendido de que, a pesar de que el próximo año se celebrarán las elecciones más relevantes de los últimos años, toda vez que estará en juego no solo la presidencia de la República, sino también nueve gubernaturas y la renovación total del Congreso, lo que le importa al presidente López Obrador es desmantelar al INE, para que se vuelva inoperante y con ello, justificar toda clase chanchullos, incluso la intervención directa en el proceso electoral de su gobierno.
La Cámara de Diputados analizará, en su momento, el Presupuesto de Egresos que le remitirá el Ejecutivo para su análisis y discusión, y aunque ya velan armas los legisladores del oficialismo para atorar al Poder Judicial y al INE y quien se deje, los representantes populares del PAN, MC, PRI y PRD, también elaboran un Presupuesto alterno con el que no permitirán que se les toque.
En cualquiera de los casos, Nacho Mier aseguró tajantemente que al Poder Judicial sí se le harán ajustes, ya que tienen “excesos que pueden ir de 15 a 25 mil millones de pesos”. “Resulta inverosímil que, por un lado, los juzgadores se quejen de carecer de papelería, pero por otro, crean un fideicomiso por cerca de 22 mil millones de pesos con economías presupuestales, que se van al fideicomiso que sirve para cubrir lujos, privilegios y excesos para garantizar sus pensiones vitalicias y el mantenimiento a sus domicilios particulares y para mantener a los escoltas de por vida”, dijo.
Como se aprecia, la sarta de mentiras e idioteces no tiene límites, sobre todo, en un personaje que está dispuesto hacer de la adulación el arma para que el ‘dedito’ de Palacio Nacional lo destape como candidato a gobernador de Puebla.
Es bien sabido que el gobierno federal está en quiebra financiera, ya que cada vez le resulta más difícil tener la liquidez necesaria para enfrentar sus compromisos de corto plazo y si a eso le agregamos que tiene que avalar el pago de amortizaciones de deuda de Petróleos Mexicanos para los próximos 12 meses, pues en menudo lío está, sobre todo en un año electoral como lo será el 2024, en el que no podrá subir los impuestos o crear nuevos, al tiempo de mantener los subsidios a los combustibles.
Entonces, tiene que hacer magia para estirar los ingresos al máximo y buscar recortes presupuestales para canalizarlos a concluir sus tres obras insignia y seguir fondeando los programas de política social con tintes electorales, que cada año requieren más recursos multimillonarios.
Entre la falta de recursos propios y la venganza política se mueve el diseño y aprobación del Paquete Económico del próximo año, mismo que se verá afectado por un inédito endeudamiento para compensar la falta de recursos y la utilización del presupuesto bajo tintes electorales.
Además, claro está, de ajusticiar a aquellas instituciones que siguen dando la batalla, en eso de establecer contrapesos al absolutismo, como lo han hecho el Poder Judicial, el Tribunal Electoral y el INE, estos dos últimos con sus asegunes.
Por eso, el presidente López Obrador usará a sus incondicionales de la Cámara baja y tratará de granjearse una que otra voluntad de los legisladores de oposición, para conseguir la anhelada mayoría calificada y con ello, aprobar la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos conforme a su voluntad en aras de cristalizar la venganza y el resentimiento.